miércoles, 25 de febrero de 2015

Cómo Evitar Serios Errores - A. W. Tozer

Hay áreas de la vida cristiana, donde semejanza y diferencia son tan difíciles de distinguir que a menudo es difícil escapar a un completo engaño. Por lo tanto es críticamente importante que el cristiano aproveche toda provisión que Dios ha hecho para salvarlo del engaño. Y esta provisión es la oración, la fe, la meditación continua de las Escrituras, la obediencia, la humildad, el pensamiento serio y arduo y la iluminación del Espíritu Santo.

Hay áreas del pensamiento cristiano, y por causa del pensamiento, también de la vida cristiana, donde semejanza y diferencia son tan difíciles de distinguir que a menudo es difícil escapar a un completo engaño. A través de todo el mundo el error y la verdad van por los mismos caminos, trabajan en los mismos campos y fábricas, asisten a las mismas iglesias, vuelan en los mismos aviones y compran en los mismos negocios. Y tan habilidoso es el error para imitar a la verdad, que continuamente estamos confundiendo uno con otro. Se necesita tener un ojo muy agudo en nuestros días para distinguir quién es Caín y quién es Abel.
Nunca debemos dar por concedida cualquier cosa que toque nuestra alma. Isaac palpó los brazos de Jacob y pensó que eran los de Esaú. Aun los discípulos de Jesús fallaron en descubrir al traidor entre ellos; el único que sabía quién era él, era Judas mismo.

Ese compañero de suave hablar, con quien andamos tan confortablemente, y con cuya compañía experimentamos verdadero deleite, puede ser un mensajero de Satanás, mientras ese hombre áspero y rudo, de franco hablar, a quien rehuimos, puede ser un verdadero profeta de Dios que nos fue enviado para advertirnos de serio peligro y pérdida eterna. Por lo tanto es críticamente importante que el cristiano aproveche toda provisión que Dios ha hecho para salvarlo del engaño. Y esta provisión es la oración, la fe, la meditación continua de las Escrituras, la obediencia, la humildad, el pensamiento serio y arduo y la iluminación del Espíritu Santo.

1. La oración 

La oración no es una protección segura contra el error, porque hay muchas clases de oración, y algunas son peor que inútiles. Los profetas de Baal saltaron sobre el altar en un frenesí de oración, pero sus gritos no fueron oídos precisamente porque estaban dirigidos a un dios que no existe. El Dios a quien oraron los fariseos sí existía, pero no escuchó sus oraciones a causa de su orgullo y justicia propia. De ellos podemos nosotros aprender una provechosa lección.
A pesar de las dificultades que se encuentran cuando se ora, la oración es un medio poderoso y efectivo para ponerse bien con Dios, permanecer en la verdad y librarse de todo error. «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche» (Santiago 1.5). Siendo todas las cosas igual, el hombre que ora tiene mucha menos probabilidad de pensar erradamente que el hombre que no ora. «Y les enseñó una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar» (Lc. 18.1).

2. La fe
Pero cuando hablamos de fe tenemos que explicar qué queremos decir. Fe no es optimismo, aunque la fe produce optimismo. No es jovialidad, aunque se supone que el hombre de fe debe ser razonablemente jovial. No es un vago sentimiento de sentirse humano. Fe es confianza en la revelación que Dios ha hecho de Sí mismo en las Escrituras.El apóstol Pablo dice que la fe es un escudo. El hombre de fe puede caminar seguro, protegido por su simple fe en Dios. A Dios le gusta que confiemos en Él, y Él pone todos los recursos del cielo a disposición del alma creyente.

3. Meditación continua de las Escrituras
«La fe es por oír, y el oír, por la palabra de Dios». Las Escrituras purifican, instruyen, fortalecen, iluminan e informan. El hombre bendecido debe meditar en ellas de día y de noche.

4. Obediencia
Para estar completamente libre de todas las argucias de Satanás el hombre de Dios debe ser completamente obediente a la Palabra de Dios. El hombre que maneja un auto por las calles no está seguro cuando lee las señales, sino cuando las obedece. Lo mismo pasa con la Biblia. Para que ella sea efectiva, tiene que ser obedecida.

5. Humildad
También hay una estrecha relación entre la humildad y la recepción de la verdad. «Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera» (Sal. 25.9). En la Biblia no encuentro ni un poco de estimulación para el orgulloso. Sólo las ovejas dóciles pueden ser guiadas; sólo los creyentes humildes pueden esperar la tierna dirección del Padre celestial. Cuando se reúna toda la evidencia puede ser que se descubra que sólo los orgullosos se apartaron de la verdad; y que detrás de cada herejía que ha dañado la iglesia se encuentre la autosuficiencia.

6. Pensamiento serio y arduo 
También debemos pensar. El pensamiento humano tiene sus limitaciones, pero donde no se piensa, seguro que no habrá algún gran depósito de verdad en la mente. Los evangélicos parecen estar divididos actualmente en dos grupos: los que piensan que el intelecto humano es todo intelecto y caen en un puro racionalismo, y los que tienen miedo de todo intelecto y creen que pensar es una pérdida de tiempo en la vida cristiana.

Por cierto que ambos grupos están equivocados. El intelectualismo auto consciente es ofensivo para el hombre y, estoy convencido de ello, malo también para Dios. Pero es significativo que toda revelación importante en las Escrituras ha sido dada a hombres de intelecto superior. Sería fácil poner aquí una larga lista de textos bíblicos que nos invitan a pensar, pero un argumento más convincente es el tenor de toda la Biblia. La Biblia da por concedido que todos los verdaderos hijos de Dios serán personas de mente seria, hombres y mujeres reflexivos. Nunca jamás la Biblia da a entender que sea pecado pensar.

7. Iluminación del Espíritu Santo
Pero el pensamiento apartado de la iluminación interior por el Espíritu Santo, no sólo es inútil, también es peligroso. El intelecto humano está caído, y no puede hallar el camino entre la gran expansión de tantas verdades, medias verdades y manifiestos errores que lo puede hallar un barco en el mar a solas. Dios nos ha dado el Espíritu Santo para iluminar nuestras mentes. Él es ojos y entendimiento para nosotros. No debemos procurar alcanzar la verdad sin Él.

lunes, 23 de febrero de 2015

El querer y el hacer - M.Moraes


La pregunta es: Es posible que alguien se niegue a sí mismo diciendo; ¡basta ya de mí! Para mí ya no hay nada. 
En mi vida ahora solo tiene que ver con Jesús, para mí mismo nada, yo me niego. Después de esto tengo que ir y tomar la cruz y deliberadamente perder la vida, mirar lo que tengo y renunciar a todo en la vida. Haciendo todo esto de todo corazón, con convicción en verdad de espíritu. ¿Es posible que una persona pueda hacer la voluntad de Dios en su vida? 

¿Qué es necesario para cambiar de actitud? Son necesario 4 cosas:
1. - Negarse a sí mismo.
2.- Tomar la cruz.
3.- Perder la vida.
4.- Renunciar a todo.

Cuando miramos estas expresiones, podemos pensar que es más fácil ser condenado a la silla eléctrica.

Amados vamos a leer Romanos 7:14 a 8:4.
Leamos Filipenses 2.12-13 donde encontramos el resumen de lo que estamos discutiendo.


Hay una salvación para ser desarrollada y hay solo una forma para desarrollarla, tener una actitud de temor y temblor. Cuando el escritor a los Hebreos habla del temor y temblor él dice; porque Dios es fuego consumidor. (Heb12.29.

El Espíritu Santo dice hoy; ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor.
En el versículo 13 de Filipenses 2 parece decir lo contrario. Cuando uno lee el versículo 12 sale corriendo en una dirección y cuando se lee el 13 uno puede salir en la dirección contraria, porque en este versículo aparece que Dios es el que produce el querer como el hacer.
La pregunta es ¿Quién es el que hace en este asunto? ¿Es Dios que hace en nuestro desarrollo? Aquí dice que Dios quien produce en nosotros.

Ah!!! Es Dios quien hace en nosotros qué bueno!!!
Cuando oímos que Dios es que hace en nosotros nos animamos y descansamos en Dios, pero al día siguiente además de estar animados y descansados podemos estar de brazos cruzados. Entonces comienzo a decir que es Dios quien va hacer, luego viene Dios y me dice: ¿Qué haces ahí de brazos cruzados? ¿Por qué estas parado ahí? ¡Anda rápido a ocuparte de tú salvación!

Cuando Dios habla así con migo entonces me levanto a ocuparme de mi salvación. Más doy tres pasos y descubro que mis piernas están tambaleando y mi respiración está muy agitada descubro que este asunto de ocuparme de mi salvación es muy difícil. Pero yo quiero ser más santo y ser más santo y más santo, pero parece que en cuanto quiero ser más santo la santidad está más lejos de mí. Ahí comienzo a sacar la lengua para afuera y a decir; Dios no lo consigo..... Y Dios dice.
Calma muchacho ¿qué estás haciendo ahí?
Nuevamente pregunto:

¡Como, Señor! El Señor no me mando a ocuparme de mi salvación..... Él dice.
¿Tú no sabes que soy yo el que hago? ¿Qué haces todo acalorado ahí? Soy Yo quien hago en ti.
Al final de cuentas ¿es Dios quien hace o soy yo quien hace?


Vamos a comenzar por el vs.13 de Fil. 2 ¿Qué es lo que Dios efectúa en nosotros? Dos cosas; el querer y hacer, Dios es el efectúa estas dos cosas ¿por qué Dios es el que efectúa estas cosas? ¿Por qué Dios tiene que hacerlas? ¿Porqué Dios tiene que efectuar en mí el querer y el hacer?

El hombre tiene dos problemas; un problema es que el hombre es rebelde, y no quiere hacer la voluntad de Dios el hombre quiere hacer su propia voluntad. El hombre no ama la voluntad de Dios, el ama su propia voluntad, y Dios tiene que producir en el hombre que él quiera la voluntad de Dios.
¿Cuál es el otro problema? El hombre no consigue hacer la voluntad de Dios ¡No puede! Aun que él quiera. El pueblo de Israel llego donde Moisés y le dijo;

Moisés, puedes traer la ley y todo lo que el Señor manda, eso haremos. Y después cuando leemos la historia de aquel pueblo nos damos cuenta de esta realidad.
El hombre no quiere hacer la voluntad de Dios porque es rebelde, más también aunque quisiera no podría. Rom.8.8.

La naturaleza del hombre fue corrompida, el hombre está incapacitado de hacer la voluntad de Dios. ¿Cómo Dios efectúa en el hombre el querer y hacer?


Hay una palabrita que explica todo esto: Arrepentimiento. Dios lleva al hombre al arrepentimiento. El hombre es rebelde, el hombre no quiere hacer la voluntad de Dios, Dios lleva a ese hombre al arrepentimiento, Pablo hace una pregunta a los Romanos que muchas veces no se lee Rom2.24.

¿Cómo es que el hombre se arrepiente de hecho y de verdad? Cuando el ve a Cristo, cuando el compara a Jesús y la criatura.

Las primeras criaturas fueron Satanás y sus ángeles que siendo criaturas de Dios quisieron ser como Dios. Después fue Adán, el también quiso ser como Dios. Él nos hizo vivir en este sistema de rebelión. La tierra es un foco de rebelión en el universo. Más es aquí en esta tierra que viene Jesús. Y el es Dios. Él no quería ser como Dios, Él era Dios. Él hizo lo contrario de la criatura. La criatura siendo criatura quiso ser como Dios. Jesús siendo el Creador, el Verbo eterno se hizo criatura para ser una sola cosa: Obedecer, obedecer y ser obediente hasta la muerte y muerte de cruz.

Cuando vemos esto, nos maravillamos esto nos quiebra nuestra cabeza orgullosa. Cuando el Espíritu Santo nos ilumina para que veamos las riquezas de la humildad de Jesús, ponemos nuestras manos en la cabeza y decimos:

Que fea es mi rebelión, como es fea, como es asquerosa mi rebeldía. Estoy perdido por causa de la rebelión, es ahí cuando nos arrepentimos y decimos:

Jesús renuncio a todo, yo renuncio a todo, Jesús tomo el yugo yo también tomare el yugo. Cuando llegamos a ese punto es por que Dios produjo en nosotros el querer. Antes no queríamos hacer la voluntad de Dios, ahora queremos hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Antes no queríamos ni amábamos la voluntad de Dios y hoy si queremos y amamos la voluntad de Dios es por que Dios produjo en nosotros el querer su voluntad por la humildad de Cristo, por el ejemplo de Cristo y revelándonos a Cristo nos llevaron al arrepentimiento. Glorias por tanto a Jesucristo.

¿Tú corazón no esta maravillado con Jesús? Tú contemplas aquel carpintero es bueno mirar fijamente a ese carpintero manso y humilde de corazón Él está transformándonos nuestro corazón a la misma humildad de Él gloria Dios.


Dios es el que produce en nosotros el querer y el hacer

Mientras tanto necesitamos entender algo muy importante:
La palabra arrepentimiento están fuerte en nuestro medio, tan repetida, tan esclarecida, tan graciosamente entendida que corremos un riesgo; un riesgo de creer que con el arrepentimiento está todo resuelto. Tú te arrepientes, te niegas a ti mismo, no quiere hacer nada para ti, solo quieres hacer la voluntad de Dios y esta todo solucionado.

Dios produce en nosotros el querer, llevándonos al arrepentimiento, más Dios produce el hacer si vivimos una vida de fe en Jesús.

¿Cómo Dios produce el querer? Por el arrepentimiento.

¿Cómo Dios produce en nosotros el hacer, el cumplir y el obedecer su voluntad? Por la fe.
Querer es solo querer. Querer no es hacer. El arrepentimiento nos lleva a querer. La fe nos lleva a vivir. A realizar. A cumplir toda la soberana voluntad de Dios.


Una pregunta más.

¿Puede alguien haberse apropiado y recibido de Dios la primera parte y no recibir la segunda? ¿Puede Dios efectuar el querer y no haber efectuado el hacer? ¿Puede o no?
Puede que hallan hoy muchas dudas con respecto a esto, pero hoy hay que tener plena certeza respecto a esto. No es posible que esto acontezca, pero la verdad estas dudas les acontecen a muchos. Como puede ser posible que Dios produjera el querer en una persona es decir que se arrepintió, se niega así mismo, toma su cruz, renuncia a todo lo que posee y es capas de perder la vida... ¿y Dios no puede realizar el hacer?

La lectura de los textos cuando comenzamos este estudio sería suficiente para responder esta pregunta. Vamos a leer Rom7.18 nuevamente.

¿Pablo es un esquizofrénico a caso? Parece que él tenía dos personalidades. Él quería hacer una cosa pero en realidad hacia otra la que no quería. Mas el mal que no quería eso era lo él hacia, parece que el apóstol se estaba volviendo loco.

Vemos aquí claramente a través de las escrituras mostrándonos un hombre que admiramos profundamente, y que Dios había efectuado en él el querer. Él decía que con la mente él era esclavo a la ley de Cristo. Aquí no estamos hablando de un mal convertido, de un religioso, aquí cuenta la experiencia de un hombre que el Espíritu Santo está ablandando el corazón por la voluntad de Dios, a tal punto que el dice; desventurado miserable hombre que soy. Alguna ves el Espíritu de Dios te ayudo a dar ese grito, quien sabe a lo mejor 100 veces o por que no decir un millón de veces.
“El querer el bien está en mi, pero no puedo efectuarlo” Esa es la experiencia de Pablo.

Nos necesitamos como Iglesia, con mucha urgencia, entender la importancia de este asunto que estamos hablando aquí. Por que esta revelación que el Señor nos esta dando sobre el arrepentimiento es tan grande, tan fuerte que corremos el riesgo de solucionar y resolver toda la problemática en el arrepentimiento.


Como estábamos perdidos y confusos cuando no entendíamos el arrepentimiento, creímos en una gracia de Jesús que no sabíamos por donde comenzaba y no sabíamos como usarla. Gracias a Dios por la revelación del yugo de Cristo.

Muchas veces aquellas personas que están llenas de problemas son niños. Que no quieren tomar su cruz, que no quieren renunciar todo, pero no siempre es así.

Muchísimas veces pero muchas veces hay personas que aman la voluntad de Dios pero descubren que no pueden hacerla. Pero si Dios ya realizo en esas personas el querer se hayan como Pablo diciendo: ¡Soy un desventurado un miserable! Que no consigo vencer. Nos adelantamos a decirle a esa persona; toma tu cruz, renuncia, pierde...No es por ahí.

El arrepentimiento no tiene el poder para hacer es solo una condición.
Es como un mendigo que alguien le extiende una mano y le dice:
¿Quieres salir de esto?.... El mira y responde. Quiero...

¡Entonces dame la mano! --- El mendigo comienza a extender su mano.
Se arrepintió de vivir en la miseria. ¿Hay poder en esto? No hay poder en que se arrepienta. El poder está cuando se le extiende la mano para salir de su estado.
----- Ven acá que yo te voy a tirar de tú mano---- y él responde. Yo quiero salir de esta porquería de vida.

El arrepentimiento no tiene poder. El poder está en Jesús El poder está en nuestra fe en Jesús. Judas dice Amados edificándoos en vuestra fe santísima. (Jd20).

Tenemos una fe santa, que es preciosa. Por que un don de Dios, para que coloquemos los ojo en Jesús y creamos en Él y vivamos en ÉL y seamos victoriosos en Él.

En ningún lugar de la Biblia dice: Que el Justo por el arrepentimiento vivirá, sino: Que Justo por la fe vivirá.

Necesitamos de una corrección a fondo, por que si vemos que alguien no anda bien nuestra tendencia es creer que no se arrepintió, no tomo la cruz, no se negó a si mismo. Puede ser verdad para algunos, pero muchas veces puede estar como Pablo. Dios ya produjo en él el querer, pero no todavía el hacer. ¿Cuántos hermanos que están ministrando a otros usando la palabra de la verdad en Cristo? ¿Las palabras de que Pablo tanto nos hablo en romanos y en todas sus cartas? De la victoria de Cristo.


Pablo termina en su testimonio hablando de la victoria que él tenía, cuando el Espíritu de Dios le revela, él dice: ¡Gracias a Dios por la cruz que yo tome, gracias a Dios por el arrepentimiento! ¿Fue esto? No!!

“Gracias a Dios por Jesucristo, gracias a Dios por Jesucristo”.

Si vamos a tener victoria en el Señor Jesús va ser de una sola forma: Por la fe en el hijo de Dios que nos amó y dio su vida por nosotros. No hay otra forma de ser victorioso que no sea en mirar y acercándonos a Jesús, nuestro Señor. Bendito arrepentimiento que nos lleva donde Él. Bendecimos el arrepentimiento que nos libera de las cadenas y que nos permite que le abracemos. ¡Él es nuestra victoria! El poder por tanto no está en el arrepentimiento. El arrepentimiento es una condición para vivir en el Espíritu. La victoria está en vivir por la fe.

¿Cómo funciona esto? ¿Cómo es que Dios produce el hacer?


Vamos a leer Jn1.16.
“Por que de su plenitud tomamos todos, gracia sobre gracia”¨

¿Puede haber alguien que no sea parte de todos? Yo me hago parte de “todos”.
¿Quienes han recibido de su plenitud? ¡Todos! ¿Qué significa recibir de su plenitud? Es recibir su santidad perfecta, su amor perfecto al padre, su vida santa, su humildad al extremo, sin haber nunca pensado mal, sin tener ningún egoísmo. Esa es la plenitud de Cristo.

Aquí nos dice la palabra que todos recibimos de Su plenitud. Nos miramos a nosotros mismos y nos preguntamos ¿yo recibí? Es ahí donde nos recordamos de nuestras peleas, nuestras amarguras, impurezas, flojeras que tuvimos en no hace muchos días atrás y decimos: “Yo recibí de su plenitud”, alguna cosa está errada, algo no está funcionando.
¿Cómo es que recibimos? ¿Recibimos o no recibimos?

Hay muchas cosas en la Biblia que parasen que son para esquizofrénicos, lo primero para un cristiano es ser esquizofrénico, parece que existen dos vidas: Tenemos una cabeza que nos lleva para un lado y una carne que nos lleva para otro... No sabemos si es la carne o es la mente quien nos dirige.

¿Recibimos o no recibimos?

Ahora preguntamos a todos: ¿Quien el mes pasado recibió toda la plenitud de Cristo? En su boca no se hallo engaño, santo como el Padre, humilde al extremo (parece que no hay nadie).
¿Que somos nosotros? ¿Esquizofrénicos? ¿Recibimos o no recibimos? Mas si recibimos como es que alguien nos dice, yo no se si tu recibiste, ¿recordamos de las últimos disentimiento que tuvimos con un compañero o compañera? ¿Tu no descubrías que el o ella habían recibido de la plenitud de Cristo?

Tengamos paciencia es preciso que este texto lo veamos en el griego en Jn.1.16 la palabra tomamos todos en el griego es “lambano”

Ocurre que esta palabra es usada muchas veces en el NT y con un sentido muy diferente del que se encuentra aquí. Cuando Jesús le dice a Pedro: Ve al mar tira un anzuelo y toma un pez, ¿sabes lo que Jesús dice? Pedro ve y “lambano” un pez. ¿Como es que Pedro sabia que el iba a tomar un pez? Bueno, si Jesús estaba diciendo ve y tómalo, era por que Jesús estaba dando un pez. Pedro tenía que ir y tomarlo.

Muchas veces esta palabra lambano aparece en el NT con este sentido. Cuando leemos que Jesús tomo los panes y dio gracias. Esto significa que el tomo los cinco y los dos peces con una mano y dio gracias. La palabra que aparece en los textos de los evangelios es lambano. Jesús tomo los panes y los peces. El niño que estaba con los panes y los peces ya los había dado para Jesús, Jesús solo tenia que hacer una cosa, Jesús tenia que (lambano) tomarlos.

Esta misma palabra es usada aquí; todos nosotros hemos recibido, o sea ya fue dado ¿pero recibimos o no recibimos? Esta es la cuestión lambano significa recibir-tomándolo.


Hay una ilustración muy buena que nos ayudará a entender este punto. Contaba un hermano de una mujer anciana de una vida miserable, muy enferma, postrada en cama y ardiendo en fiebre durante mucho tiempo ella vivía en estas condiciones. No tenía dinero para consultar a un medico ni menos para comprar remedios. Miserable total, postrada en una cama con sus sabanas todas rotas, ni tampoco un lugar apropiado para tomar un baño para aquella mujer.

Un día este hermano al saber de su situación decidió ir a visitarla para orar por ella. Ella le dijo cuando vio a este hermano; hace mucho tiempo que nadie la visitaba y se encontraba comiendo unos panes duros y quejándose de su vida miserable total. En estas condiciones y con un mal olor reinante en su habitación le pregunto ¿puedo orar por ti? Ella le respondió que bueno, necesito de tus oraciones. Mientras el oraba sus ojos se abrieron y se quedaron fijos en un cuadro que ella tenia fijado en la pared, era algo muy extraño por que no era una pintura era un montón de papeles escritos, ente tanto que oraba se preguntaba que era aquello y cuando termino le pregunto a ella.

 ¿Mujer que ese cuadro de la pared?
 ¡Ah! Eso es la única cosa buena que yo tengo por la cual me siento un poquito digna pero ¿no se lo que es? Por que yo no se leer, no se lo que está escrito en esos papeles. Pero me recuerdo que hace mucho tiempo a tras yo tenía unos tíos, gente muy buena, que me ayudaban, me daban comida, remedios cuando estaba enferma me ayudaban a limpiarme me cubrían es decir vivía mucho mejor que ahora. Después nunca más oí hablar de ellos, mi conclusión es que eran buenos ancianos que murieron.
Cierto día una persona vino y me entrego un rollo de papeles que mis tíos me dejaron, así que tome estos papales y decidí mandarlos a encuadrar para fijarlos en este lugar y así acordarme de ellos, cuando me siento desanimada, miserable como basura miro ese cuadro y me recuerdo de que tenía gente de bien y ya no me siento tan miserable, que tenía una familia de bien. El hermano pregunto... si podía ver el cuadro en seguida lo tomo y empezó a leer los papeles y descubrió que era una herencia que sus tíos le dejaron. En seguida tomo estos documentos y fue al banco con un abogado para reclamar su herencia. Aquella mujer miserable, era rica podía tener de todo lo que ella quisiera, pero vivía una vida miserable.

Pregunta: ¿Aquella mujer había recibido una herencia? ¡Si ella la había recibido! ¿Pero realmente la había recibido? Ella la recibió pero en realidad no la recibió. El hecho que ella la había recibido, pero no tomo posesión de su herencia.

Nos parece a ciertas personas que conocemos partiendo de uno mismo. Vamos a reuniones y miramos nuestro cuadro de la herencia y decimos ¡yo no soy tan miserable!


El Señor quiere que vivamos por la fe. No nos basta proclamar: ¡Tenemos un cuadro! Ni tampoco saber que tenemos una herencia que reclamar, si dejamos el cuadro en la pared. Tenemos que tomar, poseer (lambano), posesionarnos de la herencia. Ya la recibimos, pero necesitamos recibir—tomándolo. ¿Y como se recibe? Por la Fe.

¿Cómo es que es por la fe?
Este es un asunto que el Espíritu Santo nos puede enseñar el es poderoso para hacerlo. Cabe al Espíritu Santo llevarnos a una vida de fe. Pero no tenemos que dejar de ser ignorante en cuanto a la grandeza de nuestra herencia. Todos tenemos que saber que tenemos esa herencia. Ella existe, ella es una realidad.

Iglesia amada, tu herencia es toda la plenitud de Cristo, toda la vida de Cristo, toda la riqueza de su santidad y humildad de Cristo.

Necesitamos aprender a vivir por la fe, a andar en el Espíritu. Y andando en el Espíritu se va a manifestar la vida de Cristo en nosotros. ¡Renuncia y fe—fe y renuncia!
Necesitamos una revolución, un cambio profundo, un cambio de posición en el corazón, un cambio de énfasis, ¡nuestro énfasis tiene que se Cristo! ¡Nuestra vida tiene que ser Cristo! Si alguien quiere a Cristo hay una condición ¡Negarse a si mismo! Pero saber que negarse a si mismo no tiene poder, no esta la victoria ¡La victoria es Cristo! Es andar con Él, es mirar por Él, depender de Él es amarlo, sabiendo que Él nos amó primero.


No tenemos que desasociar todo este asunto del amor de Dios. Nosotros no podemos vivir por la fe si no estamos convencidos del amor de Dios. Es tremenda la revelación de la soberanía de Jesús, es grandiosa la revelación de la muerte de Cristo, de que el está sentado en un trono y la revelación que la iglesia debe funcionar a través de coyunturas y ligamentos.
¿Amados tenemos revelación de cuanto nos ama Dios? ¿Tienes revelación del amor incondicional de Dios? ¿Qué el amor para ti es perfecto? No podemos andar por la fe si no tenemos revelación del amor de Señor. Tenemos que comenzar a conocer el amor de nuestro padre. Tenemos un papa en los cielos que nos ama y nos dio a su hijo (1jn.4.89)


El Espíritu de Dios no quiere que nosotros sintamos más de una vez que fuimos capacitados a vivir la vida que Él quiere, todos los hijos de Dios ya tienen esa capacidad permanentemente en sus corazones. El Espíritu quiere que sepamos que somos coheredero con Cristo ¡Heredero! Heredero de Dios. La resurrección de Cristo es nuestra. El resucito de los muertos, no como Lázaro que resucito para morir o como el hijo de aquella mujer de Naim. Que resucito para después morir. Jesús resucito con un cuerpo incorruptible, poderoso que subió al cielo, ¡Somos herederos de su resurrección! Somos herederos de su poder, de su trono, somos herederos de su corazón. No debemos quedar con solo admirar a Jesús cuando le vemos. ¡El corazón de Él es nuestro! Aquella mente y aquel corazón puro son nuestra herencia.

Leamos (1Jn4.9)

martes, 17 de febrero de 2015

PREGUNTAS DEL “CLUB SANTO” DE JUAN WESLEY


(UN AUTO-EXAMEN)
Estas son las preguntas que los participantes de los grupos células “Club Santo” de Juan Wesley usaban para sus auto-reflexiones y auto-exámenes de cada día. Han servido de mucha bendición y crecimiento espiritual por más de doscientos cincuenta años.

Esperamos que, de igual manera, le sirvan de mucha ayuda a usted.

1) ¿Estoy proyectando la impresión, conscientemente o inconscientemente, que soy
mejor de lo que realmente soy? En otras palabras, ¿soy hipócrita?
2) ¿Soy honesto en todos mis hechos y palabras, o exagero?
3) ¿Cuento a otros lo que me fue dicho en confianza?
4) ¿Soy una persona confiable?
5) ¿Soy esclavo de las modas del mundo, de mis amigos, de mi trabajo, o de
hábitos?
6) ¿Soy cohibido, quejumbroso, o auto-justificante?
7) ¿Vivió la Biblia en mí el día de hoy?
8) ¿Dejo tiempo para que la Biblia me hable cada día?
9) ¿Estoy disfrutando la oración?
10) ¿Hace cuánto compartí mi fe con otra persona?
11) ¿Oro sobre la manera en que gasto mi dinero?
12) ¿Me retiro a la cama a tiempo, y me levanto a tiempo?
13) ¿Desobedezco a Dios en alguna cosa?
14) ¿Insisto en hacer alguna cosa que inquieta mi conciencia?
15) ¿Estoy derrotado en algún área de mi vida?
16) ¿Soy celoso, impuro, criticador, irritable, quisquilloso, o desconfiado?
17) ¿Qué hago en mi tiempo libre?
18) ¿Soy orgulloso?
19) ¿Doy gracias a Dios que no soy como las demás personas?
20) ¿Habrá alguien a quien temo, por quién siento aversión o repudio, a quien
critico, por quien guardo resentimiento, o a quien paso por alto? Si hay, ¿qué
estoy haciendo para tratar de resolverlo?
21) ¿Murmuro o me quejo constantemente?
22) ¿Es Cristo real para mí?

lunes, 2 de febrero de 2015

El espíritu de la enseñanza e influencia cristiana. C. Lancioni


Mat 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mat 11:29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Mat 11:30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Nos relacionamos con Dios a través de su palabra, relacionarnos correctamente con la verdad revelada trae a nuestra vida la libertad y descanso verdadero.


1Co 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

1Co 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.

Los mismos materiales con los que edificamos nuestra vida, son los que usamos para edificar o influenciar a otros.

En nuestro trabajo de enseñar, damos a otros aquello que esta alojado en nuestro interior, lo que brota de las profundidades de nuestro espíritu, damos una influencia que produce cambios duraderos acompañados de descanso interior, o quizá aun sin discernirlo ni proponernos, con nuestra influencia  producimos cargas bajo el peso de la ley moral, generando cansancio y a veces frustración.

Cuando estamos frente a las demandas de la ley moral de Dios, expresadas de manera profunda y completa en el Señorío de Cristo, cuando vemos los exigentes requerimientos del llamado al discipulado, corremos el riesgo de desarrollar una dinámica opresiva hacia nosotros mismos y por consecuencia hacia otros.

Cristianismo no puede ser una meritocracia donde tenemos que hacer deberes para lograr aprobación, esto siempre producirá estados de frustración, deterioro y cansancio interior, robara la alegría, y drenará toda vida interior.

La suficiencia de la obra de Cristo Jesús.
Necesitamos la reafirmación de que Cristo es nuestra justicia, en el somos hechos aceptables, en el nuestro Padre nos sonríe, en el somos profundamente amados, el es nuestra propiciación, el es quien logro el favor celestial.

Heb .10:14 Porque por una ofrenda El ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
Ef. 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

1Jn 4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

1Co. 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

No puedo hacer nada para lograr ser amado, sino porque soy amado me debo a Dios en amor expresado en obediencia.

Juan 14:15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Los requerimientos espirituales y morales de Dios, son mucho más que exigencias al comportamiento, son invitaciones en amor y por amor, a recorrer el camino que el Hijo recorrió para agradar al Padre, así como hijos que son amados asumimos gozosos la invitación a ser imitadores de Dios.

Efesios 5:1-2
1. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

No estamos bajo el peso de una ley que obliga, sino de un amor que obliga.

Deberíamos preguntarnos ¿que ejerce mas fuerza de influencia sobre el corazón humano?

En la genial novela Los Miserables de Victor Hugo, hay dos figuras poderosas, un magistrado implacable y controlador, y un hombre doblegado y transformado por el amor de un sacerdote que uso de misericordia, ambos enfrentados por dos distintas fuerzas motivadoras que operaban en sus corazones, la película termina con el suicidio de este magistrado (jefe de policia) amargado y frustrado por las presiones interiores, resultado de su búsqueda celosa de cumplimiento de la ley que lo había deshumanizado.

Podríamos mirar también a Saulo y a Pablo, el primero impulsado por la ley a respirar amenazas y muerte, el segundo hombre, perdonado y transformado en un instrumento de salvación y consuelo para muchos, aun para nosotros desde la literatura que brotó de su corazón.

Las dinámicas del discipulado no deberían tener tonos de exigencia, los que enseñan la verdad equivocan el camino cuando actúan como fiscales implacables o demandantes cobradores de impuestos, sino en la espiritualidad de la gratitud y la alabanza, es en esta humildad que se experimenta el descanso y la alegría del servicio cristiano.

Nuestra fe y obediencia no buscan justificación, sino la sonrisa de un Padre amoroso que anhela ver a su hijo amado en nosotros.

Desde estos pensamientos debemos evaluar la dinámica de nuestro discipulado, de nuestra tarea de enseñanza.

Pablo como hombre de compromiso radical al evangelio, quizá fue quien más escribió de la gracia, sin excepción comienza todas sus epístolas saludando a los hermanos con la gracias y la paz de dios, y del mismo modo se despide invocando la gracia de Cristo, con una sola excepción en la despedida de la carta a los romanos omite esta expresión.

(Rom 1:7) a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

(1Co 1:3) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(1Co 16:23) La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.

(2Co 1:2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(2Co 13:14) La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.

(Gal 1:3) Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,
(Gal 6:18) Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

(Eph 1:2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Eph 6:24) La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.

(Php 1:2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Php 4:23) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

(Col 1:2) a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Col 4:18) La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén.

(1Th 1:1) Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(1Th 5:28)  La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

(2Th 1:2)  Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(2Th 3:18) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

En las siguientes cuatro epístolas aunque tienen un carácter amistoso y personal Pablo no omite la misma expresión añadiendo la palabra misericordia:

(1Ti 1:2) a Timoteo,a verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
(1Ti 6:21) la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.

(2Ti 1:2) a Timoteo,a amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
(2Ti 4:22) El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.

(Tit 1:4) a Tito,a verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
(Tit 3:15) Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe.
La gracia sea con todos vosotros. Amén.

Ni aun en la breve epístola a Filemon breve epístola de apenas 25 líneas omite esta expresión:

(Flmn 1:3) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Flmn 1:25) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Santiago:
(Jas 1:1) Santiago,a siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. GR. Chairo - charis=gracia

Pedro:
(1Pe 1:2) elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

(2Pe 1:2) Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
(2Pe 3:18) Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Juan:
(2Jn 1:3) Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.

(Rev 1:4) Salutaciones a las siete iglesias: Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir,a y de los siete espíritus que están delante de su trono;

El último versiculo de la Biblia:
(Rev 22:21) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Ademas de sus múltiples menciones a lo largo del desarrollo de cada epístola.

Es indudable que estos textos no fueron colocados allí en forma poética ni decorativa, sino que están manifestando el espíritu con que estos grandes apóstoles se acercaban a la edificación de la iglesia.

Para aumentar los contrastes podríamos poner a los fariseos como maestros de la verdad:
(Mat 23:15) ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

Hombres que tenían celo de la verdad, pero el espíritu con que trabajaba producía hijos del infierno.
Ademas de incurrir en fingimiento e hipocrecia empujados por su falta de sustancia interior.

Como un esposo altamente exigente y demandante, roba la alegría de su mujer que tiene que cumplir por temor al conflicto, mientras su asfixia le drena la alegría del servicio, apaga la frescura y teje en su interior toda clase de amarguras.

Si el espíritu de la enseñanza cristiana no está revestido de esta gracia, ternura celestial, si la dinámica del trabajo se realiza en la fuerza del negativismo prohibitivo, o la indicación implacable o rigurosa, los frutos serán amargos y no permanentes.

(Isa 58:9) Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;

Me he preguntado, y le he preguntado a Dios que extraño fenómeno ocurre en el corazón humano, que hace que un hombre que es recibido a misericordia, salvado no por obras de justicia (Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo), un hombre que canto con gozo por el perdón de sus pecados, que lloro de emoción por sentirse amado en forma tan inmerecida, con el tiempo puede transformarse en un fariseo implacable, demandante y exigente.

El fariseo y el publicano.
Lc. 18:9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.

18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
18:14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

El publicano descendió a su casa justificado, interiormente aliviado, con paz en su alma, y decidió cambia su conducta, ya no ser agresivo en sus demandas, ni exigir mas de lo ordenado (Luc. 3:13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.), pago sus deudas, se reconcilio con sus vecinos y adversariocomenzó a vivir como un hombre de bien, tomo en serio la religión de sus padres y comenzó a observar los requerimientos de la ley en forma celosa, con el tiempo se dio cuenta que era mejor que los demás en su conducta moral, y se sintió orgulloso, y de forma y casi imperceptible al subir al templo a orar, se encontraba en los zapatos del fariseo que lo había menospreciado.


¿Que les paso a los Efesios?
Habían comenzado tan bien:
Ef 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,...

Rev 2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
Rev 2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
Rev 2:3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Rev 2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Tiempo atrás un hermano me comento una palabras de Ivan, se levanto en uno de los retiros, y comenzó a alagar a los efesios, por su obras, trabajo, paciencia, radicalidad, discernimiento, sufrimientos, arduas labores, perseverancia, al final cerro sus pensamientos diciendo: no sigas a los efesios perdieron lo mas importante, perdieron el amor, se transformaron en fiscales implacables de la verdad.

Cuidado, cuando nuestras obras de justicia, nuestra conducta mejorada nos postula como quien esta en posición de juzgar a los demás, dentro y fuera de la casa de Dios.

Estamos en la misma posición que cuando hemos creído, dependemos de la gracia de Cristo y de la suficiencia de su obra redentora, aún cuando hayamos mejorado en tantos sentidos.

Mantengámonos en esta humildad así encontraremos verdadero descanso.

La gloria de Cristo:
Jn 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Los discípulos quedaron impresionados con su persona, Juan destaca lo mas importante, lo que mas lo impactó.
Antes de Moisés el mandamiento ya existía, pero El nos trajo otra cosa que antes no estaba.


Quiza en la restauración de Pedro podemos ver el contraste:
Jn 21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.

Jn 21:16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.

Jn 21:17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Pedro me vas a obedecer, ahora que ha venido el Reino, ahora que resucite de los muertos y soy Señor.

Algunos textos que ilustran cual es el espíritu con que debe caminar la iglesia:

Efesios 5:19-20
Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Col. 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

Col. 4:6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

Es en esa gracia de sabernos amados, perdonados, reconciliados con Dios de donde brota la mejor respuesta, de amor, adoración y el servicio.

C. Lancioni