miércoles, 31 de diciembre de 2014

Tres tipos de esclavitud. G.F.P.

Tomado del libro: El crimen de la letra - Glenio Fonseca Paranagua

Los tipos de esclavos.

Hay tres tipos de esclavos en el plano religioso: los del deber, los del interés y los del miedo. La esclavitud del deber es moral, pero deja a la persona sin alegría. Aquel que hace lo que hace por obligación es alguien responsable, no obstante vive, muchas veces, sin contentamiento real.
Normalmente realiza todas las cosas con gran empeño, con un objetivo promocional de su desempeño arraigado en la realización de las tareas.

El deber es extrañamente cómplice de la personalidad perfeccionista. Detrás de un ejecutivo con un carácter obsesionado por el deber, se encuentra un esclavo de elogios, que vende su alma carente de aprobación por recibir aunque sea el menos signo de reconocimiento. No le gusta vivir sin reflectores, por eso busca hasta el menos farolito que ilumine su silueta obesa y ávida de apreciación positiva de cualquier observador.

La imagen del deber cumplido aprecia ostentar los trofeos que le garanticen los aplausos de la gente acreditada para hacer evaluaciones.
Soportar la critica pesada es un quehacer ingrato en demasía para esos esclavos de si mismos, que viven a la caza de loores.

Luis Allen, en su tesis de doctorado sobre lideres fuertes, dijo lo siguiente: aquellos que son obcecados por el éxito, pero vienen de familias pobres y carentes, acaban cercados por ayudantes aduladores que ayudan a promover su imagen ante la opinión pública. Ellos se envician en la consagración y son esclavos de sentimientos engañosos. Si no nos lisonjeados, quedan ofendidos y dolidos, obteniendo de este modo las lamidas como masajes a su ego.

Los incentivos son instrumentos excelentes para estimular a las personas y hacerlas proseguir, pero todos aquellos que dependen el estimulo para mantenerse en la cuerda floja de la opinión pública son esclavos baratos que no valen el galanteo. Si nosotros no soportamos una condenación injusta, es porque tenemos justicia propia en demasía y somos esclavos de emociones aplastantes. El deber es el déspota que consigue reprimir la única oferta que da verdadera identidad a una persona: el amor.

Otro tirano que consigue esclavos bien baratos es el interés.

Sacar beneficio es una trampa que siempre atrapa a gente ambiciosa. Si muchos venden su alma por una buena imagen, hay un grupo mucho mayor que negocia por baratijas. La lucratividad es un impotente señor de esclavos. No es bueno perder, pues toca nuestra autoestima. Nadie quiere estar en segundo lugar, y un buen resultado siempre fomenta la garra y el esfuerzo sudoroso.

La esclavitud de mérito, tanto del deber como de la lucratividad, es una prisión de máxima seguridad. Aunque los esclavos del deber sean ética mente más admirados, los de la lucratividad son mucho mas osados y consiguen beneficios más significativos. Pero tanto el deber cumplido como el premio conquistado son generadores de esclavos.

La religión compra a mucha gente con promesas y usa un patrimonio futuro como garantía para ganarse a las personas más carentes.
Como todos nosotros somos de alguna forma necesitados de cuidados especiales, los agentes de ese comercio instigan a las pobres almas con la pericia de quien va a tener algún provecho.

Sin embargo, hay una prisión mucho mas reforzada que las dos anteriores. Es el calabozo del miedo. Una multitud tímida vive, en este mundo, dominada por el pavor y esclava en las riendas de las amenazas.
Sé que hay un temor necesario, ya que un persona totalmente sin miedo es una gran imprudencia. Aquel que no tiene temor a cosa alguna a cosa alguna termina destruyéndose en la imprudencia de sus elecciones.
Por ende, la esclavitud del miedo es la pero forma de dominación.

Nunca encontré un esclavo mas esclavo que el esclavo del pánico. El miedo ahoga la esperanza y mantiene la existencia bajo medidas cautelares. Una persona aterrorizada es una persona que no consigue celebrar la vida y festejar la aceptación incondicional de Cristo.

Job era un esclavo. Su discurso confirma el síndrome de la víctima y su posición ratifica la esclavitud del deber y del miedo de perder. Además, Job vivía bajo la sombra de la desconfianza. Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. Job 3:25 Este es el perfil del esclavo del miedo y jamas las marcas de un hijo. Una relación dominada pro un porrazo que podría acontecer es una sujeción inaceptable en la vida de alguien que conoce el amor incondicional de Dios.

EL PEOR DE LOS DICTADORES

El miedo es el peor de los dictadores. Este apareció en el mundo después del pecado en el jardín del Edén y ha controlado la historia de la raza humana con mano de hierro. Debajo de su brazo fuerte, hay una presión asfixiante que sofoca a la víctima como una anaconda. Quien vive reprimido por el miedo no consigue gozar de la intimidad de ser hijo de Dios. Aunque el temor del Señor sea el principio de la sabiduría, ningún hijo de Abba puede tener miedo de El. Mas allá de todo, la Biblia es muy clara: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor 1 Jn. 4:18

El significado del temor del Señor no es el miedo, sino el respeto, consideración, reverencia. Ningún hijo de experimenta la comunión con su padre bajo el control del miedo. Es imposible vivir relajado en un ambiente controlado por el amedrentamiento.

Abba no es un verdugo. Aunque yo tenga un profundo respeto por El, o el mismo temor ante su santidad, yo nunca puedo tener miedo de El. Mi relación con mi Padre celestial tiene que ser necesariamente amorosa y afectiva. Aunque El sea extraordinariamente majestuoso y fuera de mi compresión tridimensional, no es un ser que da miedo a sus hijos.
Yo no puedo estar desconfiando de su amor incondicional, ni esperando algún perjuicio de su parte, que me deje aterrorizado. Abba no es un ser atemorizante tratando de asustar personas. Todo lo que El hace o permite tiene un propósito maravilloso, definido en su amor para con sus hijos.

El amor es la esencia de Abba, y en su naturaleza no hay indicio alguno de déspota, tirano o incitador de cautiverio. El apóstol sabia de esto muy bien cuando dijo con precisión milimétrica:
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos ¡Abba Padre! Ro. 8:15


La religión ha producido los esclavos mas deprimentes que se pueden encontrar por ahí. Pero el evangelio de Jesucristo es el granero de los hijos de Dios que viven en la libertad del amor. Ningún hijo de Dios convive con el miedo de ser rechazado o con la posibilidad de ver evaluado su certificado de nacimiento. El Padre no engendra un hijo para después abortarlo. Y, en el reino de Dios, no hay guarderías y orfanatos con hijos abandonados o niños de la calle.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El alcance de nuestra mision. Claudio Lancioni


Se les indico con indico que fueran a Galilea:

Despues de tres años de intenso trabajo, Jesús ve aproximarse la hora final, luego de tomar la cena en un ambiente de gran intimidad (fueron mas íntimos en la medida que la hora final se acercaba), antes de padecer en el Getsemaní y el desenlace, les da una instrucción:

Mat 26:31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
Mat 26:32  Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

La misma instrucción se repite luego de la resurrección:

Mat 28:1  Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.
3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.  (Notificacion entregada...)

Mat 28:8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,
9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

Sin embargo no fueron, y Jesús se manifiesta a ellos en Jerusalen:

¿Cuantas veces se les instruyo para ir a Galilea?

Aunque se repitio el mandato tres veces, no hicieron caso. ¡que paciencia la de Dios con sus siervos!

Como no respondieron, Jesús los va a buscar.

Jn. 20:19  Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 

¿Porque ir a Galilea?

Tiempo atrás realizando un estudio detallado sobre  todo lo ocurrido en el lapso de cuarenta días entre la resurrección y la ascención a los cielos, me encontre con este detalle que me lleno de interrogantes: 
si Jesús muere en el monte Calvario en Jerusalen , y luego asciende en el monte de los olivos (Hch 1:12  Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo), ¿para que realizar aquel viaje de casi 100 km. a Galilea.

Voy a ensayar algunas respuestas:

Hay circunstancias que requieren un momento y un lugar especial:

El novio que va a pedir la mano en casamiento. Toda una preparación!!!
El reclamo de una vieja deuda. (vamos a tomar un café)
Cuando los hijos hacen una rabieta en publico. (en casa te ...)
Cuando hay tensiones matrimoniales en presencia de otros. (en casa arreglamos)

Cuando hay que trazar una estrategia de trabajo.
Cuando el estado mayor define los planes de guerra.

Estas y otras instancias de la vida requieren espacio de tranquilidad y concentración.

En Galilea todo comenzó.
Mar 1:14  Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,

Los once apóstoles que quedaron luego de la muerte de Judas, todos eran galileos, menos el que se ahorco.

En Jerusalen había una ambiente de gran tensión, las presiones del Sanedrín y el gobierno romano, en aquella habitación donde Jesús se manifiesta a ellos, aparece una expresión muy descriptiva de lo que estaba ocurriendo no solo en la ciudad y en el corazón de los discípulos:  estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos Jn.20:19.

Cuando estamos bajo presión se hace difícil pensar, mucho mas meditar, reflexionar o planificar. 

Galilea ese era su ámbito natural, su hogar, donde se sentían confiados.

Creo que Jesús busco en su tierra natal,  en un espacio de maxima concentración. Ya las verdades eternas habían sido depositadas durante tres años en sus mentes y corazones, ahora llegaba la hora de mirar hacia delante, delegando en ellos la responsabilidad de una misión.


Mat 28:16  Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17  Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 

Podemos dejar volar nuestra imaginación, y visualizar todo lo que ocurrió en aquel momento, que seguramente no fue breve como lo es el texto que lo describe, le adoraron con una mente donde se mezclaban la alegría, el temor, la duda, como suele ocurrir cuando estamos frente a circunstancias que rompen nuestros paradigmas interiores, que confunden nuestras estructuras mentales, los temores habrán disminuido mientras el gozo se hacia rebosante en una adoración de profundo amor y gratitud.

En ese ambiente fue entregada la gran comisión, en esa adoración somos comisionados.

Adoración y servicio.
Mat 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Jn 4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Joh 4:35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.


Mat 28:18  Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Mat 28:19  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 
Mat 28:20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Me siento tentado a pensar que quizá estas palabras son una síntesis magistral de una larga conversación que Jesús tuvo con los 11, o quizá no hizo falta explicar mucho mas, ya que la convivencia con el maestro dejaba mas que claro cual era la tarea que debían realizar. 

Lo cierto es que aquellas palabras que Jesús pronuncio para ellos, para nosotros y para todos los hombres de todos los tiempos que quieran servir a Dios, constituyen el eje direccional que le da sentido a todo servicio en la edificación de la iglesia.

Es esto lo que Dios hablo en Cristo, es lo que nos ha sido pedido, por lo tanto debemos concentrar nuestra atención y nuestro trabajo allí.

Este brillante enunciado de misión, define:  1) Que hacer 2) Como hacerlo 3) Donde hacerlo.

Aun las empresas que están bien enfocadas definen su enunciado de misión para concentrar allí toda su fuerza de trabajo.

Que hacer:
Discípulos, según la definición de Jesús, que es un discípulo para El. Lc. 14

Predicando el mismo evangelio que el predico, repitiendo sus palabras, las palabras que el Padre le dio para decir a los hombres. ...el me ha dado mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Jn. 12;49
Enseñándoles  a guardar, a vivir, a obedecer toda la didake.

Como hacer:
¿Como debemos cuidar a los discípulos? Jesús no los cuido en reuniones, sino en una relación cercana y familiar.

Donde hacer:

A todas las naciones.

Act 1:6  Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7  Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8  pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9  Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

Sus ultimas palabras, las mas importantes, las que quedaron mejor gravadas, 
como suspendidas en el aire.

La iglesia primitiva  o mejor dicho los apóstoles no tomaron nota de la importancia de este comisionamiento, como suele ocurrir quedaron cautivos de la problemática de la marcha de la iglesia. 

La mentalidad localista se apodera de nosotros (como vamos a salir con todo lo que hay que hacer aquí)  como nos dijo Jorge Dios tuvo que apretar el botón rojo (la persecución).

Luego del martirio de Esteban se rompió el status quo, y se levanto una persecución:

Act 8:4  Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.


Antioquia como el primer centro misionero.

Hch. 13:2  Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 

Nuevamente se repite un esquema: ministrando estos al Señor, dijo el Espíritu..., la palabra ministrando es muy amplia y da para mas de una interpretación, pero no queda duda de que este presbiterio tenia una espiritualidad vigorosa, y un corazón consagrado al servicio de la casa de Dios.

Dos hombres llamados por Dios al trabajo traslocal.

Efeso, un ejemplo digno de imitar.

Un pasaje muy inspirador.

Hch. 19:1   Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, 2  les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3  Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.4  Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

Hch. 19:5  Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6  Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7  Eran por todos unos doce hombres. 8  Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 

Hch. 19:9  Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. 

Hch. 19:10  Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 

Hch. 19:11  Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12  de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. 

Act 19:18  Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19  Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. 20  Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. 

Un nacimiento muy interesante y positivo, doce hombres arrepentidos y llenos del Espíritu Santo, la palabra confirmada por muchas señales (milagros extraordinarios) por mano de Pablo, las conversiones posteriores eran radicales de tal manera que aun los magos decidieron renunciar a sus artes, quemaron libros muy costosos por el valor de 50.000 piezas de plata (200 jornales durante un año, $10.000.000)
Hch. 19:10  Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 

Después de ser rechazado por los judíos, Pablo se retira a la casa escuela de un hombre llamado Tiranno (según la tradición se cree que se enseñaba la Tora), y ahí cada día Pablo enseñaba la palabra con perseverancia y alta intensidad (desde la hora quinta a la décima – de 11 a 16 hs.) de tal modo que todos los que estaban en Asia (sur de Turquía) escucharon la palabra. 

En este periodo de intensa accion misionera nacieron, entre otras, las siete  iglesias de Asia a quienes son dirigidas la 7 cartas de Ap. 2-3, digo entre otras porque allí también esta Colosas que no figura entre las siete.

Según nos enseño J. Himitian la escuela de Tiranno era un centro misionero de accion regional. Asia comprendía la región sur/este de la actual Turquía, no encontré referencia concretas de la superficie que abarcaba, pero mirando el mapa considero que serian aproximadamente uno 200 km a la redonda.

Pablo se quedo en Efeso durante tres años enseñando la palabra y formando discipulos y obreros con la alta intensidad con la que trabajaba. Hch 20:31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

El ejemplo inspirador de Pablo. ¿Que significo su vida para estos hombres?

Hch.20:36  Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37  Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38  doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.

¿que deberíamos hacer?

1ro. Abrir el corazón y Orar mirando con espíritu de FE.
2do. Aprovechar en forma diligente los contactos que van surgiendo en forma natural.
3ro. Planificar salidas.
4to. Mover obreros.
5to. Ser generosos para ofrendar.
6to. Oír al Espíritu.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El santo debe andar solo. A. W. Tozer



La mayoría de las grandes almas del mundo fueron solitarias.
La soledad parece ser el precio que los santos
tienen que pagar por la santidad o la santificación.
En la mañana de la Tierra (o deberíamos decir, en esa extraña oscuridad que llegó pronto después de la aurora de la creación del hombre) esa alma piadosa, Enoc, caminó con Dios y dejó de ser, porque Dios le llevó; y aunque no se declara en tantas palabras, podemos
deducir que Enoc caminó un sendero bastante aparte de
sus contemporáneos.

Otro hombre solitario fue Noé quien, de todos los
antediluvianos, encontró gracia delante de Dios; y todas
las evidencias señalan hacia la soledad de su vida aunque
estaba rodeado de su gente.

Otra vez, Abraham tenia a Sara y a Lot, como también
muchos sirvientes y criados, pero ¿quién pudiera leer su
historia y el comentario apostólico acerca de él sin
percibir instantáneamente que era un hombre «cuya
alma era como una estrella y moraba aparte"? Hasta
donde sepamos. Dios no le habló una sola palabra en
la compañía de otros hombres. Postrado sobre su rostro
tuvo comunión con Dios, y la dignidad innata del hombre
impidió que él asumiera esta postura en la presencia de
otros. ¡Cuán dulce y solemne fue la escena esa noche
del sacrificio cuando él vio las lámparas de fuego que se
movían entre las piezas o partes de su ofrendal Allí, solo,
con un horror a la gran oscuridad que se cernía sobre
él, oyó la voz de Dios y supo que él era un hombre
destacado para el favor divino.

Moisés también fue un hombre separado. Mientras
todavía formaba parte de la corte del Faraón, hizo largas
caminatas, y durante una de estas caminatas, lejos de
las multitudes vio a un egipcio y a un hebreo luchando
y vino en rescate de su conciudadano. Después de su
rompimiento resultante con Egipto, moró en una reclusión
casi exclusiva en el desierto. Allí, mientras cuidaba
sus ovejas, solo, la maravilla de la zarza ardiente se le
apareció, y más adelante, sobre la cumbre del Sinaí, se
postró, solo, para contemplar en reverencia fascinada la
Presencia de Dios, parcialmente escondido, parcialmente
a la vista, dentro de la nube y el fuego.

Los profetas de tiempos pre-Cristianos diferían
vastamente uno de otro, pero una característica o marca
que tenían en común era la soledad obligada. Amaban
a su gente y se gloriaban en la religión de los padres,
pero su lealtad al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y su
celo por el bienestar de la nación de Israel les llevó lejos
de la multitud y a largos períodos de pesada soledad.
«Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para
los hijos de mi madre», exclamó uno en representación
de los demás en el Salmo 69:8.
Lo que más revela es la visión de Aquel de quien
hablaron Moisés y todos los profetas en Su solitaria
caminata hacia la cruz. Su profunda soledad que no
conoció alivio por la presencia de las multitudes.

Es noche, y en el Olivar,
La estrella su luz escondió.
Es noche y en el huerto allá
Orando está el Salvador.
Es noche, solo Él quedó,
Luchando con el cruel temor.
Aun el discípulo que amó
No escucha el llanto del Señor.
-G uilleromo B. Tappan

Jesús murió solo en la oscuridad, escondido de la
vista del hombre mortal, y nadie Le vio cuando Él resucitó
triunfante y salió caminando de la tumba, aunque
muchos Le vieron después y dieron testimonio de lo que
vieron. Hay algunas cosas demasiado sagradas para que
lo vean otros ojos que los de Dios. La curiosidad, el
clamor, el esfuerzo bien intencionado pero desatinado o
disparatado para ayudar, sólo pueden impedir la espera
del alma y hacer poco probable, si no imposible, la
comunicación del mensaje secreto de Dios al corazón que
adora.

A veces reaccionamos con una especie de reflejo religioso
y repetimos como deber las palabras y frases
apropiadas que fracasan en expresar nuestros sentimientos
reales y carecen de la autenticidad de la experiencia
personal. Ahora mismo es ese momento. Una
cierta lealtad convencional tal vez lleve a algunos que
escuchan esta verdad poco familiar expresada por primera
vez a decir con alegría: «Oh, yo no me siento nunca
solo. Cristo dijo: «No te dejaré, ni te desampararé» (Hebreos
13:5), y «He aquí Yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). ¿Cómo
puedo estar solitario cuando Jesús está conmigo?»

No quiero reflexionar sobre la sinceridad de cualquier
alma Cristiana, pero este testimonio común es demasia195
do conciso para ser real. Es obviamente lo que piensa
el orador que debería ser. más bien que lo que ha comprobado
que es la verdad por la prueba de la experiencia.

Esta alegre negación de la soledad prueba sólo que el
que lo dice no ha caminado jamás con Dios sin el apoyo
y aliento que le proporciona la sociedad. El sentido de
compañerismo que él erradamente le atribuye a la presencia
de Cristo puede, y probablemente surge de la
presencia de gente amable. Siempre recordad que no
podéis cargar una cruz con una compañía o en medio
de una. Aunque un individuo estuviera rodeado por una
vasta multitud, su cruz es solamente suya y le marca
y caracteriza como un hombre aparte y separado. La
sociedad se ha vuelto en su contra; de otra forma no
tendría una cruz. Nadie es amigo del hombre con una
cruz. «Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
(Mateo 26:56).

El dolor de la soledad surge por la constitución de
nuestra naturaleza. Dios nos hizo los unos para los
otros, para gozamos mutuamente. El deseo de tener
compañerismo humano es completamente natural y
bueno. La soledad del Cristiano resulta de su caminar
con Dios en un mundo impío, un camino que a menudo
le separa del compañerismo de buenos Cristianos, como
también del mundo no regenerado. Sus instintos dotados
por Dios lloran y claman compañerismo con otros
de su género, otros que pudieran comprender sus anhelos,
sus aspiraciones, su absorción en el amor de
Cristo: y porque dentro de su círculo de amistades hay
tan pocos que comparten su experiencia interna, se ve
obligado a caminar solo. Los anhelos no satisfechos de
los profetas por la comprensión humana fue la causa de
su queja, y aun nuestro Señor Mismo sufrió de la misma
manera.

El hombre que ha pasado a la Presencia Divina en
una experiencia interna real no encontrará a muchos
que le comprendan. Una cierta cantidad de compañerismo
y comunión social, por supuesto, será suyo mientras
tiene contacto con las personas religiosas en las actividades
comunes de la Iglesia, pero será difícil encontrar
la verdadera comunión espiritual. Pero él no debería
esperar que las cosas fueran diferentes. Después de
todo, él es un extraño y un peregrino, y el viaje que él
hace no es sobre sus pies, sino en su corazón. Camina
con Dios en el jardín de su propia alma -y ¿quién sino
Dios puede caminar allí con Él? Es de otro espíritu del
de las multitudes que caminan en los atrios de la Casa
del Señor. Ha visto aquello de lo cual ellos sólo han oído,
y él camina entre ellos tal como Zacarías caminaba
después de su retomo del altar, cuando las personas
«comprendieron que había visto visión en el santuario»
[Lucas 1:22).

El hombre verdaderamente espiritual en realidad es
una rareza. No vive para sí mismo, sino para promocionar
los intereses de Otro. Trata de persuadir a otras
personas a darle todo a su Señor y no pide ninguna
porción, ni parte, ni nada para sí mismo. Se deleita no
en ser honrado, sino en ver glorificado a su Salvador a
los ojos de los hombres. Su gozo es ver promovido y
exaltado a su Señor y él mismo menospreciado. Encuentra
a pocos que quieren hablar acerca de aquello que es
el objeto supremo de su interés, así que con frecuencia
está en silencio y preocupado en medio de la conversación
religiosa bulliciosa. Por esta razón, se gana la reputación
de ser aburridor y demasiado serio, así que se
le evita y el golfo entre él y la sociedad se ensancha.
Busca amistades sobre cuyas ropas él pueda detectar el
aroma de mirra y áloes de los palacios celestiales, y
encontrando a pocos, o a nadie, como Maria de antaño,
él guarda estas cosas en su corazón.

Es esta misma soledad que le hace avalanzarse sobre
Dios. «Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con
todo, Jehová me recogerá* (Salmo 27:10). Su falta de
habilidad para encontrar compañerismo humano le
conduce a buscar en Dios lo que no puede encontrar en
ningún otro lugar. Aprende en la soledad interior lo que
no podía haber aprendido entre la multitud que Cristo
es Todo y en Todo, y «el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención» (Ia
Corintios 1:30). En Cristo poseemos la suma total de los
bienes de la vida.

Dos cosas quedan por decir. Una, que el hombre
solitario de quien hablamos no es un hombre altivo ni
orgulloso, no es el santo que se cree más bueno que
otros, que aparece en la amarga sátira de la literatura
popular. Es probable que se sienta como el menor de
todos los hombres y. seguramente, se culpará a sí mismo
por su misma soledad. Desea compartir sus sentimientos
con otros y abrir su corazón a alguna alma de sentimientos
similares que le comprenderá, pero el clima
espiritual a su alrededor no le alienta, así que permanece
en silencio y cuenta sus penas a Dios y a nadie más.
La segunda cosa es que el santo solitario no es el
hombre retraído que se endurece contra los sufrimientos
humanos y pasa sus días contemplando los cielos. Precisamente
lo contrario es la verdad. Su soledad le hace
sentir simpatía por los de corazón quebrantado, y los
caídos, y los lastimados por el pecado que se le aproximan.
Porque está separado y desapegado del mundo, con
más razón lo puede ayudar. El Maestro Eckhart enseñó
a sus seguidores que si os encontráis en oración y
exaltados en el tercer Cielo y en ese momento os acordáis
que una viuda pobre necesita alimento, deberíais cortar
la oración instantáneamente e ir a atender a la viuda.

«Dios no permitirá que perdáis nada al hacerlo», les dijo.
«Podréis seguir vuestra oración donde la dejasteis y el
místicos y maestros de la vida interior desde Pablo hasta
el día actual.
La debilidad de tantos Cristianos modernos es que
ellos se sienten demasiado cómodos y en casa en el
mundo. En sus esfuerzos de lograr «acomodamiento» o
integración a la sociedad no regenerada, han perdido su
carácter de peregrino y se han convertido en una parte
esencial del mismo orden moral contra el cual ellos son
enviados a protestar. El mundo les reconoce y acepta por
lo que son. Y esto es lo más triste que pudiera decirse
acerca de ellos. ¡Ellos no están solitarios, pero tampoco
son santos!