viernes, 10 de marzo de 2023

Sirviendo a Dios en espíritu.

¡SIRVIENDO A DIOS EN EL ESPÍRITU, AUN CUANDO EL ALMA ESTÁ ATRIBULADA! - Parte I
Vanjo Souza - 26/07/2020
Traducido por: OPR
Ya hace algunos años, que una expresión de Pablo en su Carta a los Romanos 1: 9, me llamó la atención, y he estado pensando al respecto y tratando de encontrar la razón por la cual Pablo destacó esto aquí:
Romanos 1:9 (Bíblia Almeida Strong) 9 Porque Dios, a quien sirvo en mi espíritu, en el evangelio de su Hijo, es mi testigo de cómo incesantemente hago mención de vosotros
Pablo aquí no está queriendo enfatizar su sinceridad o integridad, o entereza de corazón. No está tocando en motivaciones. Él está hablando de otro aspecto. ¡SERVIR A DIOS EN EL ESPÍRITU! Comunica la impresión de que quizás haya otra forma de servir a Dios, que no sea en el espíritu. Y que puede ser legítima, verdadera y bien motivada, pero que puede traer problemas o situaciones difíciles.
Pensando en esto, hicimos la conexión con la palabra de Hebreos 4:12, y este texto arroja luz sobre ese tema, porque está escrito así:
Hebreos 4:12 (Bíblia Almeida Strong) 12 Porque la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta el punto de dividir alma y espírito, juntas y médulas, y es apta para discernir los pensamientos y propósitos del corazón.
Me quedé preguntándome por qué es necesario dividir el alma y el espíritu. ¿Por qué necesito que esta operación acontezca dentro de nosotros? Porque la palabra penetra hasta el punto de dividir alma y espíritu, como si estuvieran muy unidos y tuvieran manifestaciones y expresiones parecidas, y fuera necesario separarlos.

En 1Tesalonicenses 5:23 dice que:
1 Tesalonicenses 5:23 (Biblia Almeida Strong) El voto del apóstol
23 Y el mismo Dios de paz os santifique en todo; y vuestro espíritu, alma y cuerpo sean conservados íntegros e irreprensibles en la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Me quedé pensando que una de las maneras de preservar el alma integra e irreprensible y también preservar el espíritu y el cuerpo, es tomar de las manos del alma el timón.

Es tomar las riendas. Es no permitiendo que el alma dirija nuestras decisiones. No permitir que el alma oriente o gobierne nuestras acciones, palabras y actos que hacemos, y tampoco nuestras reacciones, que de hecho, las reacciones demuestran más legítimamente aquello que somos, porque las reacciones no son premeditadas. Cuando tenemos una acción planificada, cuando tenemos algo que hacer adelante, podemos pensar, planificar y buscar una forma adecuada de hacerlo, pero cuando somos tomados por sorpresa, la reacción expresa aquello que de hecho está dentro de nosotros, y en ese momento, es necesario que nuestra alma no esté gobernándonos.
¿Y por qué es tan incómodo que el alma gobierne? Hermanos, el alma de cualquiera, la mía, la tuya, incluso la de Jesús, ella oscila de forma natural. El gráfico de nuestra alma, si podemos decirlo así, nunca será un gráfico lineal. Habrá oscilaciones.
Si el alma de alguien no tiene oscilaciones, hay que cuestionar la salud mental de éste, pues, es natural que haya oscilaciones en nuestra alma. Nuestra alma reacciona a las circunstancias muy fácilmente, por lo que trata de arrastrarnos a estas oscilaciones.
Nosotros precisamos quitar de sus manos las riendas, teniendo en mente muy claro, que el alma es un excelente combustible, pero es una mala brújula.
Si tomamos el rumbo correcto, la dirección correcta, el alma potenciará nuestra buena acción en aquella dirección. Si tomamos la dirección equivocada, si tomamos una decisión equivocada, el alma potenciará nuestra acción equivocada. Ella es un excelente combustible, pero ella oscila y reacciona muy instantáneamente a las circunstancias que nos rodean.
Quiero enumerar algunos aspectos de nuestra vida diaria. Situaciones en las que estamos expuestos diariamente y enumerar algunas de esas situaciones que hacen que nuestra alma reaccione y cuan importante que es estar atentos y ver cómo es necesario permitirnos cooperar con el Señor, para que su palabra tenga en nosotros esta acción de dividir, separar, alma y espíritu.
Primer aspecto:
Nosotros reaccionamos ante la honra, los aplausos, los elogios, las alabanzas que se nos dan. Y en esos momentos es fácil sentirse vanidoso, sentirse importante y sentirse necesario. Hermanos, todos somos importantes y necesarios.
Veamos la historia de todos aquellos que conocieron a Dios y anduvieron con Él. La marca de estos era el reconocimiento de que no eran buenos, justos o si quiera útiles.
Cuando Abraham, fue informado por el Señor, es el Señor el que dijo que no podía llevar adelante sus proyectos de destrucción de Sodoma y Gomorra, sin comunicar a su amigo Abraham. Hermanos, Abraham fue un hombre al que Dios llamó de amigo. No

fue Abraham el que se auto-tituló amigo de Dios. Dios lo colocó en esa condición, mas ese hombre, amigo de Dios, al aproximarse de Dios, para hacerle una petición, dijo...”no se aire conmigo mi Señor......yo que soy polvo y ceniza...”. Si Abraham se arrojó polvo y ceniza, si Daniel, a quien Dios llamó de hombre muy amado, dijo, a nosotros nos corresponde sonrojarnos de vergüenza, pero contigo está el perdón... Si Daniel, uno de los pocos hombres a los que Dios mismo dio el título de Justo, cuando el Señor está hablando con Ezequiel sobre la impiedad del pueblo de Israel, dijo... “si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas” Ezequiel 14: 14.
En esta lista de justos no estaba Abraham, no estaba Moisés, no estaba David, sino estaba Daniel. Este hombre a quien Dios llamó justo, se golpeó el pecho y dijo... “nós temos pecado contra ti”. Daniel 9
Cuando recibimos aplausos, alabanza, honra y elogios, nos golpeamos el pecho y no dejamos que nuestra alma nos convenza de que somos importantes o necesarios y que merecemos esos aplausos y honores.
Incluso Pablo cuando dijo a los Filipenses, que era más necesario que él permaneciese vivo para poder servir a la iglesia, Pablo no está envanecido, no estaba jactándose. De hecho, él quería partir y estar con el Señor, y estaba listo a glorificar a Dios llevándolo en su cuerpo, ya sea en la vida o en la muerte.
Allí estaba un hombre con una disposición de esclavo y siervo, y, no un vanidoso u orgulloso, ostentando por los aplausos que podría haber recibido. Ese es el riesgo de reacción que tenemos, y que no podemos permitir que nuestra alma nos arrastre, porque ella reacciona a las sensaciones buenas. Ser honrado es bueno.
Segundo Aspecto:
Nosotros reaccionamos ante la honra, alabanza y aplausos y elogios que son dados a los otros y no a nosotros.
En esas circunstancias hermanos, nosotros quedamos expuestos a los celos, la envidia es la competencia, y nos volvemos malvados. Nos volvemos rencorosos. Estos sentimientos roban los escrúpulos.
Recuerdo a Saúl cuando estaba celoso de David. Saúl no conseguía ni siquiera decir el nombre de David. Él hablando a Jonatán, su hijo, sobre el peligro que David representaba para la familia Real, temiendo que David asumiese el trono de Israel y su hijo perdiese la condición de Rey, Saúl dice a su hijo Jonatán... “El hijo de Isaí”.
Más de una vez, Saúl usa esa expresión.

Su armadura y su conciencia carcomida por los celos, lo convirtió en un malvado, rencoroso, y destruyó los escrúpulos naturales. Nuestra alma hermanos, ella es tentada a competir, cuando otros reciben la honra que pensamos que era nuestra, somos expuestos a sentimientos de celos, envidia y competencia, y necesitamos que nuestra alma, no nos gobierne en esa hora.
Tercer Aspecto:
Nosotros reaccionamos a la deslealtad, a las traiciones y a las agresiones que sufrimos, y luego nos sentimos tentados a defendernos y a contraatacar. Queremos venganza. No tenemos facilidad en aceptar quedar por debajo y podemos tornarnos, en esas circunstancias, violentos y despiadados, incapaces de ejercer compasión, porque fuimos heridos, porque nos traicionaron, porque nos maltrataron y agredieron, nosotros queremos entonces vengarnos, cobrarnos la revancha. Nuestra reacción frente a esas cosas es casi automática, y necesitamos asegurarnos de que nuestra alma no nos va a gobernar, no determinará lo que haremos, no determinará nuestro comportamiento.
Cuarto Aspecto:
Nosotros reaccionamos a las enfermedades, a los infortunios de la vida de modo general, desempleo, accidentes, cosas que nos traen disgustos, incomodidad, dolores, y entonces, quedamos expuestos a la murmuración, a la incredulidad y al desánimo, y podemos hasta volvernos ingratos al Señor, atribuyendo las circunstancias y las incomodidades, las desgracias, como una evidencia de que Dios ya no está con nosotros, nos abandonó, no nos ama ni nos socorre.
Eso me hace recordar de una situación cuando Jesús estaba con los discípulos en el barco, y él dormía en la popa del barco, y viniendo la tempestad, los discípulos despertaron a Jesús y les dijeron........ ¿Señor, no te importa que muramos? Marcos 4:38
Me quedé pensando en la expresión, no solamente de incredulidad, porque Jesús los repreende y los corrige, diciendo que ellos eran medrosos y que no tenían fe.
La primera percepción que tenemos es que Jesús les estaba corrigiendo al no creer que Él podía calmar los mares. El que es el creador de los mares y que forma los vientos.
Juan 1:1-3 (Bíblia Almeida Strong) La encarnación del Verbo 1 En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por intermedio de Él, y sin Él, nada de lo que fue hecho se hizo.
Entonces, Él era capaz de controlar el mar y los vientos.

Pero no sólo fue la expresión de incredulidad de los discípulos. Hay imbuido en ello una expresión de incredulidad e ingratitud. Tal vez los discípulos en ese momento no tenían la percepción de que Jesús era el Hijo de Dios, que era el Mesías. Tal vez no estaba muy claro.
Cuando leemos la secuencia del relato del Evangelio, los diversos relatos del Evangelio de Jesús, percibimos en Mateo 16, que fue un momento posterior a este, cuando por primera vez los discípulos afirman que Jesús era el Mesías, el ungido de Dios. Pedro afirma eso, y Jesús le responde que aquello le fue revelado por el Espíritu de Dios, no fue carne ni sangre que se lo reveló.
Solamente a partir de ahí, Jesús comienza a decirles que sufriría, sería muerto y crucificado.
Posiblemente en aquella ocasión de la tempestad, los discípulos no tuvieron claridad de esto y no pudieron desarrollar este razonamiento, pero nosotros tenemos esa percepción.
Nosotros sabemos que Jesús, es el Dios que se hizo hombre. Nosotros sabemos que Jesús es el verbo eterno, que siempre existió en la forma de Dios.
Filipenses 2:5-8 (Biblia Almeida Strong)
El ejemplo de Cristo en la humillación
5 Tened en vosotros el mismo sentimiento que hubo también en Cristo Jesús, 6 pues Él, subsistiendo en forma de Dios, no juzgó como usurpación el ser igual a Dios; 7 antes, a sí mismo se despojó, asumiendo la forma de siervo, tornándose en semejanza de hombres; y, reconocido en figura humana, 8 a sí mismo se humilló, tornándose obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Nosotros sabemos de eso. JESÚS ES EL DIOS QUE SE HIZO HOMBRE. Vemos a Pablo hablando con los presbíteros de Éfeso en Hechos 20:28:
Hechos 20:28 (Biblia Almeida Strong)
28 Atended por vosotros y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo os constituyó obispos, para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con su propia sangre.
¿Dios por casualidad tiene sangre? Jesús le dijo a la mujer samaritana que Dios es espíritu.
Después de su resurrcción, Jesús conversando con sus discípulos en Lucas 24, los discípulos incrédulos, no querían creer, tan alegres y asustados, que allí estaba Jesús,

Jesús les mostró los pies y las manos, y dijo... toquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos como yo tengo.
NOSOTROS SABEMOS QUE JESÚS, ES DIOS QUE SE HIZO CARNE.
Por eso, amados, cuando las desgracias nos llegan y el barco amenaza con hundirse, no es lícito decir... ¿NO TE IMPORTA QUE MURAMOS?
Este a quien acusamos de no interesarse con nosotros, se hizo hombre. Fue expuesto a tentación. Fue tentado en todas las cosas.
Está escrito que Dios no puede ser tentado por el mal, en Santiago 1:3, sin embargo Jesús fue tentado en todas las cosas... en todo fue tentado a nuestra semejanza.
Santiago 1:13 (Biblia Almeida Strong)
13 Nadie, al ser tentado, diga: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y él mismo a nadie tienta.
Jesús fue tentado en todo solamente para socorrernos, tal conocimiento Él tenía de nuestra condición humana y carnal, que se permitió ser asediado por el diablo, para ser tentado, para ser apto para socorrerte, librarte, darte gracia, cuando tu carne se levanta para pecar, avivada o estimulada por la tentación que el Diablo nos presenta.
Este Dios hermanos, que se hizo carne, y esta es una verdad que da vueltas en mi mente hace muchos años, y con mucha frecuencia me constriñe y confunde, porque no consigo entender porque Dios, en la persona de Jesús, el verbo eterno, decidió ser hombre para siempre, y para siempre perdió su forma de Dios.
1 Timoteo 2:5 (Biblia Almeida Strong)
5 Por cuanto hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre,
Filipenses, 3:21, habla...
Filipenses 3:21 (Biblia Almeida Strong)
21 el cual transformará nuestro cuerpo de humillación, para ser igual al cuerpo de su gloria, según la eficacia del poder que él tiene aun de subordinar a sí mismo todas las cosas
El Verbo Eterno hermanos, asumió un cuerpo para siempre. En 1 Juan, 3 dice:
1 Juan 3:1-2 (Biblia Almeida Strong) Dios es Padre y es santo. Sus hijos son también santos

1 Ved que grande amor nos ha concedido el Padre, al punto de ser llamados hijos de Dios; y, de hecho, somos hijos de Dios. Por esa razón, el mundo no nos conoce, por cuanto no le conoció a él mismo. 2 Amados, ahora, somos hijos de Dios, y aún no se manifestó lo que habremos de ser. Sabemos que, quando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque habremos de verlo como él es.
Aquí no está hablando de Dios Padre, porque nunca seremos semejantes a Dios Padre, seremos semejantes al Hijo, que se despojó, se hizo hombre. Él no tiene obligación de librarme de mis infortunios. Él no precisa calmar una tempestad, para decir que se preocupa por mí.
Él demuestró que se preocupa por mí cuando se hizo carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad. Cuando derramó su sangre justa en la cruz, para purificarme a mí, pecador miserable, que soy como inmundo y cuya justiça son como trapos de inmundicia. Eso demuestra que Él se preocupa por mí.
Eso significa hermanos, que Él puede permitir que yo sufra. Significa que Él puede permitir que me sienta una que otra vez abandonado. Él no tiene obligación de prestarme este auxilio, aunque Él lo haga con frecuencia. Es prohibitivo hermanos decir.........”¿NO TE IMPORTA QUE MURAMOS?”. “¿NO ESTÁS VIENDO?......” Sí, hermanos, Él está viendo.
Muchos años atrás, casi cuarenta años atrás, un padre que sufría mucho por la condición de su hijo, muy indignado, dijo: “¿dónde estaba Dios en esa hora?” Yo le dije: “amigo, Dios estaba en el mismo lugar, que cuando su Hijo estaba siendo clavado en una cruz por tu causa”.
¡Sí, Él puede! Él no precisa probarme su amor. Él no precisa probarme su fidelidad. ¡ÉL ES! Nuestra alma, hermanos, reclama mucho. Ella reacciona aquello que pensamos, aquello que experimentamos y ella puede reclamar cuando sufrimos enfermedades, infortunios, desempleo, necesidades cotidianas, dolores diversos, y, en esa hora es necesario que nosotros no permitamos que el alma gobierne y decida lo que nosotros haremos o hablaremos, y no podemos darle a ella las riendas de nuestra conducta, ni darle las riendas de nuestro comportamiento.
Quinto Aspecto:
Nuestra alma, nosotros reaccionamos a la comodidad, al bienestar, las riquezas, entonces hermanos, estamos expuestos a pensar que tenemos el derecho de tener tales cosas. Esa sensación de estar siempre rodeado de confort y bienestar y tener siempre las necesidades atendidas, nos hacen impacientes, intolerantes, exigentes.

La biblia dice en Proverbios 18:23 TLA, que el rico habla con insultos, y el pobre con súplicas. ¿Y por qué el rico habla de esa forma? Porque él está acostumbrado a ser atendido. El no está acostumbrado a recibir un no. Es siempre sí. Esto puede hacerlo intolerante, impaciente, exigente, y eso nos puede hacer inútiles, superficiales, y hacer afirmaciones ridículas.
No permitamos, que estando nosotros rodeados de bienestar y abundancia, de abundancia y de confort, nos tornemos reclamadores inútiles. Reconozcamos que todo procede del Señor.
Cuando el pueblo de Israel estaba por entrar en Canaán, Moisés les advirtió en Deuteromio diciendo: “después que entrares en la tierra, y edificares casas, y plantares viñas, y tuvieres rebaños, no digas, mi brazo y mi fuerza conquistaron para mí estas cosas, porque hasta la fuerza que tienes para trabajar, es el Señor que te da”.
Todo procede del Señor y no podemos permitir que nuestra alma nos lleve a sentirnos dueños y ser exigentes, impacientes y reivindicadores, cuando las cosas no nos favorezcan.
Sexto Aspecto:
Nosotros también reaccionamos al desprecio. Cuando somos rechazados, desvalorizados, ignorados.
Existen dos reacciones. Con el alma, tener autocompasión, compadecernos de nosotros mismos, sentirnos pobres, miserables, y junto con eso, hacer un esfuerzo para ser reconocidos. Es desagradable ser rechazado, ser ignorado, no ser percibido y no ser valorado. Nuestra alma exige esto.
Cuando alguien es despedido de una empresa, la sensación de frustración de que no es capaz aparece. Crece la necesidad de demostrar que sí, yo soy capaz. No podemos permitir en esa hora, que nuestra alma imponga sobre nosotros esa necesidad de ser reconocidos.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo evitar que esto sea así? ¿Qué podemos hacer para que las cosas no sucedan de esa forma?
La Biblia nos da la respuesta, es la que nosotros leímos en el inicio de esta conversación, en Hebreos 4:12.
Permitir que la palabra de Dios, separe alma y espíritu.
Hermanos, el Espíritu según Jesús, está dispuesto. En aquel episodio en Getsemani, Jesús alertando a los discípulos, porque ellos dormían en un momento tan grave, ¿y

cuántos hijos de Dios no se dan cuenta de la gravedad del momento en que viven? No se dan cuenta de las amenazas que se acercan a nosotros en ese momento. Las amenazas sobre la fe, sobre la Iglesia, sobre nuestra realidad como hijos de Dios y familia de Dios.
Los discípulos estaban acostumbrados a ir a Getsemaní y pasar la noche con Jesús. Aunque Jesús había dicho que estaba angustiado hasta la muerte, ellos no se dieron cuenta que no habría el día siguiente.
En la cabeza de ellos sería una noche más de vigilia en Getsemaní, ellos orarían un poco con Jesús, y después dormirían, Jesus oraría toda la noche, y en seguida deberían y estarían en el templo, enfrentarían a los fariseos y escribas, haciendo milagros y trayendo enseñanzas celestiales. JESÚS DIJO... VIGILEN Y OREN PARA QUE NO ENTREN EN TENTACIÓN. EL ESPÍRITU ESTÁ PRONTO, PERO LA CARNE ES DÉBIL. B.Jerusalén
El espíritu, este elemento, este ingrediente de nuestra formación humana, espíritu, alma y cuerpo, que fue hecho por Dios.
Vamos tomar como ejemplo la situación de David en el Salmo 51, después que se da cuenta de la locura que había hecho.
David entregó sus elecciones a las oscilaciones de su alma, y él se corrompió. Él entregó sus decisiones a las pasiones de su alma, a las pasiones de su mente, de su cuerpo, se tornó un hombe sensual, frío, sin misericordia, incapaz de compadecerse.
Su satisfacción personal, su realización personal, quedaron por encima de los valores de nobleza que tiene que nortear (enrumbar) y regir las decisiones de una persona que teme a Dios.
Su necesidad personal de seguridad y preservación de sus privilegios y reputación, ahogaron su conciencia.
David, un hombre tan noble y lleno de Dios, cuando permitió que sus sentidos y sus sentimientos y sus razonamientos humanos, gobernasen sus acciones, se volvió malvado.
Fue capaz de poseer a la esposa de un amigo, de intentar mentir y engañar a ese amigo de manera cínica, y fue capaz de mandar a matar a ese amigo y se sintió cómodo después. Parecía insensible al Espíritu de Dios. David se entregó a sus pasiones e inclinaciones naturales. Se dejó guiar por sus instintos e impulsos, y produjo una tragedia que está registrada por siglos y siglos, pero cuando el espíritu de Dios tocó la conciencia de David a través de la palabra del profeta, David cayó en sí (recuperó el sentido).

David no reclamó el trono, su reputación, su gloria, su posición de Rey. David hizo peticiones muy simples a Dios. Primero dijo: DEVUELVEME LA ALEGRÍA DE TU SALVACIÓN.
Hay una alegría en el hecho de que somos salvos y pertenecemos al Señor. Esto tiene que ser suficiente para llenar nuestros corazones de alegría, incluso cuando todas las cosas que nos rodean se están desmoronando. David había perdido esto y dijo: devuélveme la alegría de la salvación y no retires de mí tu Santo Espíritu.
Después dijo: crea en mí OH Dios un corazón puro. David sabía que nadie tiene un corazón que no sea engañoso.
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Su hijo habla sobre eso. Salomón dijo: De todo que se debe guardar, guarda tu corazón, porque de él procede las fuentes de la vida.
Cuando David habló de su espíritu, ahí él estaba hablando del Espíritu de Dios, él dijo, NO RETIRES DE MI, más cuanto a su espírity humano él dijo: RENUEVA UN ESPÍRITU RECTO DENTRO DE MÍ.
Su espíritu había sido recto, pero se corrompió, cuando hizo la entrega de sus elecciones a sus emociones y percepciones humanas y no a la voluntad de Dios.
Él pide... RENUEVA DENTRO DE MÍ UN ESPÍRITU INAMOVIBLE. RECTO.
Esa es la marca del espíritu, y Jesús estaba comunicando algo parecido cuando dijo que el Espíritu está listo, pero hay debilidad en la carne, y la carne oye los gritos y reclamos de nuestra alma, y se esfuerza por tomar las riendas y conducir nuestra vida y decisiones.
Un alma diligente, si podemos llamarlo así, corrompe la conciencia y el espíritu, por eso el clamor de David.
RENUEVA DENTRO DE MÍ UN ESPÍRITU INAMOVIBLE.
Amados, las cosas son así, porque el alma piensa en lo que es palpable, sensitivo, perceptible a los ojos humanos, y que sean humanamente conquistable. Nuestra alma apunta para esto.
Veamos la situación de Pedro con Jesús, en Mateo 16.
Mateo 16:13-20 (Biblia Almeida Strong) La confesión de Pedro

13 Yendo Jesús a los lados de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice el pueblo que es el Hijo del Hombre? 14 Y ellos respondieron: Unos dicen: Juan Bautista; otros: Elías; y otros: Jeremías o alguno de los profetas. 15 Mas vosotros, continuó él, ¿quien dicen que yo soy? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. 17 Entonces, Jesús le afirmó: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no fue carne y sangre que to revelaron, sino mi Padre que está en los cielos. 18 También yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré a mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ligares en la tierra habrá sido ligado en los cielos; y lo que desligares en la tierra habrá sido desligado en los cielos. 20 Entonces, advirtió a los discípulos de que a nadie dijesen que él es el Cristo.
Jesús quería saber de los discípulos lo que el pueblo decía acerca de él, ¡Jesús!
En aquella conversación Pedro declara... TU ERES EL CRISTO, EL HIJO DE DIOS
VIVO.
Jesús respondió: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no fue carne y sangre que to revelaron, sino mi Padre que está en los cielos.
Después que Pedro oyó una palabra tan bendita por parte de Jesús, tal vez Pedro haya creído que él era la persona autorizada por Jesús para asumir el primer lugar.
Poco después, Jesús teniendo conciencia de que sus discípulos sabían que él era el Mesías, el Cristo de Dios, Él comienza a hablar que este Mesías sería preso, muerto y resucitaría.
Pedro, en el verso 22 dijo:
Mateo 16:22-23 (Biblia Almeida Strong)
22 Y Pedro, llamándolo aparte, comenzó a reprobarlo, diciendo: Ten compasión de ti, Señor; de ningún modo te suceda eso. 23 Mas Jesús, volteándose, le dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Tú eres para mí piedra de tropiezo, porque no piensas de las cosas de Dios, sino la de los hombres.
Esa es la inclinación natural de nuestra carne. Esa es la respuesta natural de nuestra alma cuando somos amenazados. ¡TEN COMPASIÓN DE TI!
Todo tiene que ser siempre bueno con usted. Eso forma parte del famoso pero infame evangelio de la prosperidad. El Evangelio, si podemos llamarlo así, que no nació en el tablero de diseño Dios, sino de satanás, y merece de nosotros la respuesta dada por

Jesús... PASA DETRÁS DE MÍ SATANÁS. Porque no estás pensando en las cosas de Dios sino en las de los hombres.
“Pedro, ¿no sabes lo que está en juego? ¿Tú estás preocupado con tu seguridad, o con mi seguridad?”
Nuestra alma está pensando en las cosas sensibles y palpables. Sobre lo que se puede razonar humanamente.
El diablo usa esto. Él sabe que este tipo de reacción, es casi instantánea. Cuando leemos en Gálatas 5:16-17, vemos lo siguiente:
Gálatas 5:16-17 (Bíblia Almeida Strong)
Las obras de la carne y el fruto del Espíritu
16 Digo, pues: Andad en el Espíritu y jamás satisfacereis a la concupiscencia de la carne. 17 Porque la carne milita contra el Espíritu, y el Espíritu, contra la carne, porque son opuestos entre sí; para que no hagáis lo que quizá sea de vuestro querer.
Nuestro espíritu lucha contra la carne y la carne lucha contra el espíritu, porque son opuestos entre sí. Elles caminan en direcciones diferentes.
El espírito piensa y considera las cosas celestiales, eternas. La carne piensa y considera lo que es humano.
Quiero repetir............nuestra alma reacciona a lo que es perceptible a los ojos humanos. Lo que es conquistable, lo que es realizable.
Nuestra carne es influenciada por nuestros sentimientos y pensamientos, y afectan nuestro comportamiento.
Cuando leemos Romanos 8:16-17, habla que el Espíritu Santo, el mismo que lucha contra la carne, habla que el Espíritu de Deus, testifica no con nuestra mente, no con nuestra alma, no con nuestros sentimientos. Testifica con nuestro espíritu, que somos hijos de Dios.
Romanos 8:16-17 (Biblia Almeida Strong)
16 El mismo Espíritu testifica con nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Ahora bien, si somos hijos, somos también herederos, herederos de Dios y co- herederos con Cristo; si con Él sufrimos, también con él seremos glorificados.
Como hijos somos herederos.

Es muy común que las personas hablen sobre esta herencia a la cual tenemos derecho, en ese tal malafamado evangelio de la prosperidad, que hoy ha tomado un nuevo ropaje, y ha sido llamado “Evangelio coaching”. Pensamiento positivo, donde todo va bien si usted da los pasos correctos. Donde no puede haver infortunios y nada puede perturbarte o incomodarte.
Olvidamos que en la continuidad del texto de romanos, dice que si somos hijos somos herederos de Dios y coherederos con Cristo. Somos participantes con Él de una herencia que era exclusivamente suya. Fuimos adoptados y nos tornamos participantes con Él de su misma herencia, pero, hay un “si........”.
Dice... “SI” es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.
Es ese el testimonio que el Espíritu Santo da a nuestro espíritu.
USTED ES HIJO DE DIOS Y POR LO TANTO, USTED ES HEREDERO DE DIOS Y CO-HEREDERO CON CRISTO. Más hay una condición...... USTED TIENE QUE SUFRIR CON CRISTO.
A nuestra alma no le gusta esta idea de sufrimiento, por eso Pedro fue tan vehemente con Jesús.
No permitas que el grito de tu alma y de tu conciencia, te haga sentir compasión por ti mismo.
Nuestro Dios ya nos ha redimido por un precio muy alto. Hay un camino que Él quiere que atravesemos con Él, y ese camino nos traerá sufrimiento.
Mateo 10:22 (Biblia Almeida Strong)
22 Seréis odiados de todos por causa de mi nombre; ero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.
Es tonto, es casi loco, esperar vivir en este mundo sin infortunios. Sin dificultades. Sin oposiciones.
Por eso, hermanos, es tan necesario que la palabra de Dios penetre en nosotros. Divida, separe, alma y espíritu.
El Alma no es mala. No es vil. El alma fue hecha para ser así. Simplemente, ella no puede estar en el gobierno y dictar nuestro comportamiento, palabra, reacciones, nuestras conductas o elecciones.
El alma precisa estar sujeta a nuestra conciencia y a nuestro espíritu.

Ahora amados, esta separación, esta división, no se adquiere con una experiencia con Dios. Voy a intentar explicar.
No es en una vigilia que usted tiene una visión, o que usted recibe de Dios algún don espiritual.
No es cuando usted hace algunos días de ayunos, que se opera esa separación entre el alma y el espíritu.
Vigilias, ayunos, nos producen muchas cosas buenas. Muchos beneficios a la fe. Ánimo, poder para el Ministerio, dinamismo, alegría, gozo, pero, no son esas cosas las que producirán esa separación del alma y del Espíritu. Es necesario un ejercicio. Ejercitarse en la obediencia, incluso cuando no queremos obedecer.
Aquí está un punto importantísimo.
Me Temo que muchos hijos de Dios son engañados cuando se dejan confundir, que cuando no hacemos lo que queremos somos hipócritas. Que cuando no somos espontáneos, entonces no es legítimo que lo hagamos.
La espontaneidad no es sinónimo de legitimidad.
Hacer lo que nosotros no queremos no es sinónimo de hipocresía. Contrariar a nuestra voluntad, inclinaciones y sentimientos, eso no es hipocresía. Eso es obediencia por fe. Eso es negarse a sí mismo. ¿Cuándo yo me niego a mí mismo? Cuando yo no hago lo que quiero, y hago lo que Dios quiere. Eso es negarse a sí mismo.
Cuando contrarío las inclinaciones naturales de mi corazón.
Este engaño de que espontaneidad es sinónimo de autenticidad, eso no es verdadero.
Yo quiero tomar algunos ejemplos prácticos primero y después vamos a algunas citas bíblicas.
La Biblia dice así en 1ra Pedro 4: 9: “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones”.
Más hermanos, a veces recibimos personas en nuestros hogares, en momentos tan inadecuados de nuestras vidas. Es tano inoportuno que llegue alguien en aquella hora. Tantas dificultades y necesidades que estamos sufriendo, y las personas no lo saben y ellas llegan y las recibimos, porque el mandamiento práctico, es la hospitalidad.
Algunos sin saber hospedaron ángeles. Sed hospitalarios sin murmuración.
¿Usted precisa estar saltando de alegría por dentro? No siempre. A veces incomoda. A veces genera dificultades y aprietos, pero hermanos, murmuración es una decisión. Quejarse aunque sea por dentro, es una decisión.

Así también, las acciones de gracias es una decisión.
No damos gracias solo cuando estamos felices, cuando las cosas están bien.
DAMOS GRACIAS A DIOS INCLUSO CUANDO LAS COSAS NO SON TAN BUENAS. EN TODOS DAR GRACIAS.
Reconociendo la soberanía, la justicia, la bondad y la misericordia de Dios.
Job estaba destruido en su alma cuando dijo... El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó. Bendito sea el nombre del SEÑOR.
Sus 10 hijos habían muerto en el mismo día.
Todos sus bienes se le fueron quitados en el mismo día. Él no estaba feliz hermanos, mas él adoró y dio gracias.
María no estaba felíz cuando Lázaro murió. Jesús llegó y ella se postró y lo adoró. Transformó su dolor inmenso en expresión de adoración. Con reconocimiento de que Dios es soberano sobre todas las cosas.
Darle gracias es una decisión. Murmurar es una decisión.
No podemos dejar de hospedar porque vivimos una dificultad personal, y no tenemos que mostrar una cara fea. Debemos dar lo mejor, incluso nuestra expresión. Qué culpa tiene las personas de las luchas que estamos viviendo.
Podemos recibir y hospedar sin murmuración, aunque estuviésemos pasando por luchas graves.
Amados, eso no es hipocresía. Eso es obediencia por fe. Negarse a sí mismo. Eso es un ejercicio legítimo que las escrituras nos exige y que Dios espera de nosotros.
Ejercer generosidad, socorrer, repartir y dividir, lo que tenemos. Ya sea tiempo o dinero. Ya sea bienes. Incluso cuando no estamos tan bien. Incluso cuando estamos con necesidades de algunas de estas cosas. Repartir, ser generoso, no es una opción. Tenemos que hacerlo, y para ello, tenemos que negarnos a nosotros mismos.
No esperes ser siempre demasiado espontáneo para ser auténtico.
Para ser auténtico y verdadero, es preciso solo que sea un acto de obediencia para con Dios.
Hacer lo que Dios quiere. En esa hora, nuestra alma no nos puede dirigir.
Tomemos una situación bíblica. Mateo 21:28-3. La parábola de los dos hijos. El padre tenía un campo y llamó a sus hijos. Veamos:

Mateo 21:28-31 (Biblia Almeida Strong)
La parábola de los dos hijos
28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. 29 Él respondió: Si, señor; pero no fue. 30 Dirigiéndose al segundo, le dijo la misma cosa. Mas este respondió: No quiero; después, arrepentido, fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron: El segundo. Les declaró Jesús: En verdad os digo que publicanos y meretrices os preceden en el reino de Dios.
El primer hijo fue muy espontáneo al declarar su disposición a obedecer, pero no lo hizo.
El segundo dijo que no lo haría, pero se arrepintió y se fue.
Jesús pregunta... ¿cuál de los dos hizo la voluntad del padre? ¿El espontáneo o el obediente?
La obediencia no necessita de espontaneidad. Muchas veces es fruto de doblegar nuestra voluntad, de doblegar a nosotros mismos y hacer aquelo que es agradable a Dios.
Para eso el Espírito está dispuesto. Nuestra carne es débil. Ella grita. Reclama. Mas cuando pensamos en aquello que es para Dios, la expresión de nuestro amor por Él, descobrimos que es la OBEDIENCIA.
Jesús en Juan 14:21-24 habla...
Juan 14:21-23 (Biblia Almeida Strong)
21 Aquel que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y aquel que me ama será amado por mi Padre, y yo también le amaré y me manifestaré a él. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): ¿De dónde procede, Señor, que estás para manifestarte a nosotros y no al mundo? 23 Respondió Jesús: Si alguien me ama, guardará mi palabra; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
La prueba final de nuestro amor a Jesús, no es que nosotros declaremos eso muchas veces. No es que levantemos las manos y lloremos mientras adoramos a Dios en las reuniones. La demostración de un amor verdadero a Cristo es nuestra obediencia a Él. ESO VA A SER LA PRUEBA.
Si no le obedecemos, no le amamos.
SI ALGUIEN ME AMA, GUARDARÁ MI PALABRA.

SI... GUARDARA MI PALABRA.
SI NO GUARDA MI PALABRA NO ME AMA.
Amados, obediencia se aprende con sufrimiento.
Nuestros hijos aprendieron a obedecer. Yo como hijo aprendí a obedecer con el sufrimiento.
Nosotros como hijos de Dios vamos a aprender a obedecer con los sufrimientos, no necesariamente los físicos, mas muchas veces haciendo a nuestra alma sufrir, haciendo a ella tragar lo que no quiere tragar. Haciendo reciber lo que ella no quiere recibir.
Haciendo lo que David dijo: AQUIETATE ALMA MÍA. ESPERA EN DIOS. SOSIEGATE.
Mantenla bajo control, permitiendo que él ejerza su función de combustible poderoso, cuando por el Espíritu de Dios, dirigiendo a nuestro espíritu, tomamos la dirección correcta y tomamos decisiones correctas, entonces sí podemos dar riendas sueltas a nuestra alma, conduciéndola a ella por allí, potenciando nuestra obediencia y servicio.
Si nosotros permitimos que nuestra alma defina nuestro servicio, nuestro servicio va a acompañar sus oscilaciones.
Cuando estamos alegres servimos en abundancia.
Si estamos tristes, abatidos, contrariados, enojados, no conseguimos servir, y hasta pensamos que es hipocresía hacerlo. Les garantizo que no lo es.
Hoy quise mostrar la necesidad que tenemos de separar el Alma y el Espíritu.
Vamos a continuar la próxima vez, el día 09/08/2020, demostrando como es posible decidir en el espíritu. Cómo es posible elegir hacer la voluntad de Dios y servirle en el espíritu, aunque nuestra alma esté aplastada, atribulada y casi destruida.
Recordemos que hay un precio, mas también hay un premio.
SI CON ÉL SUFRIMOS, CON ÉL SEREMOS GLORIFICADOS.
Hay una condición, mas hay un premio esperándonos.
Que el Señor nos de gracia para que permitamos que la palabra de Dios, operando en nosotros, produzca ese bendito fruto.
Ese ejercicio, ocurre en lo cotidiano, en pequeñas cosas, en pequeñas decisiones, en pequeñas renuncias.

Nosotros vamos ejercitando a nuestra alma a estar bajo control, y vamos ejercitando a nuestro espíritu a tener el control, a hacer aquello que Dios quiere, aun cuando no queremos hacerlo.
Que Jesús nos bendiga ricamente. Que tengamos claro en nuestros corazones y mentes, que nuestro amado Jesús, tiene alma. Su alma osciló. Más Él no se dejó conducir por ella. Él decidió en el espíritu, hacer la voluntad de Dios.

 

sábado, 3 de agosto de 2019



HACIENDO DISCÍPULOS: PENSAMIENTOS ACERCA DE NUESTRA TAREA, IVAN BAKER


Esta es la transcripción del audio tomado en una charla dada por Ivan que él mismo tituló “Nuevos Discípulos” del año 1998. Palabras muy útiles para quienes hacen la tarea de discipulado, dadas por alguien que dedicó su vida a colaborar con Cristo en la transformación de un gran número de hombres.

Es fundamental que cuando hacemos discípulos tengamos la capacidad de entender sus necesidades. Para usar un lenguaje médico, si un paciente precisa un tratamiento, una medicina, es necesario contar primero con un correcto diagnóstico.  En nuestro caso esto significa que debemos situarnos en la necesidad de la persona. Por lo tanto debemos aprender a oír bien, a ubicarnos en su realidad. Debemos acompañar a la persona en su propia necesidad. Muchas veces no logramos ayudar efectivamente a quienes están bajo nuestro cuidado por no desarrollar esta capacidad.  Ahora, una vez que entendemos esto, que nos ubicamos en sus necesidades, nos volvemos un instrumento útil en las manos del Señor para la transformación de vidas a la imagen de Cristo. No es que vamos a vivir su situación de manera literal, sino que como el médico que atiende a un enfermo, partiremos de sus necesidades para comenzar a administrarle medicina espiritual, la verdad de Dios que precisa recibir.  Y paulatinamente de esta forma  vendrá la cura de Dios para las necesidades de quienes están a nuestro cuidado.
Keith Bentson lo expresó de esta manera:
  • Primeramente debemos recibir a la persona tal cual está. 
  • En segundo lugar debemos nosotros mismos entregarnos, darnos, brindarnos, a ella. 
  • Una vez que hemos ganado la confianza, tenemos autoridad para dar la palabra del Señor.
Nuestra medicina también puede compararse al hacha con que talamos árboles y los volteamos. Es más efectivo que demos unos pocos golpes en el punto que el Espíritu Santo ha elegido, que infinitos golpes a múltiples puntos, volviéndonos así una molienda para el discípulo. Imagínense que si quisiéramos voltear un árbol dándole golpes por todos lados, no lo lograríamos nunca. Solo lo mutilaríamos pero no lo voltearíamos. En cambio, solamente unos cuantos golpes bien dados con el hacha afilada a la raíz es lo que va a voltear al árbol.
Dos cosas más mencionaré de la manera de tratar a las personas, y de cómo hablar con ellas:
  1. La primera es que nuestra actitud estará despojada totalmente del sentir de que la obra la haremos nosotros, sino que confiaremos totalmente en la guía y en la presencia de nuestro Señor. Nos causa mucho gozo al saber que nosotros no podemos convertir a las almas, esto nos tranquiliza. Yo por muchos años pensaba que tenía que convertir a las almas. Me esforzaba pensando que alguna clase de habilidad tenía que haber en mí, pensando que fulano y fulana se iban a convertir y que iban a ser fieles gracias a alguna habilidad propia mía, pero todos estos cálculos terminaban en el fracaso. Ahora no hago más estos cálculos. Espero que Dios obre y lo lleve a cabo, entonces después con los frutos podemos determinar la obra que El está haciendo. Así que nosotros no podemos salvar las almas,  el que las salva es el Señor. Nosotros no podemos agregar a la iglesia, sino que Cristo es él que agrega a la iglesia a los que van a ser salvos. No podemos bendecir ni hacer crecer a nadie: es una obra que exclusivamente la puede hacer el Espíritu Santo. Nuestra parte es ser obreros bajo su mando. Como obreros nos ponemos sumisos en las manos del Señor, no avanzamos más de lo que avanza el Señor, ni declaramos cosas antes de que los frutos lo demuestren; permitimos que las personas vengan bajo la influencia del Señor y que él haga su obra.
  2. También tenemos que tener en cuenta que la obra que haremos no es cosa que se logre en un día sino que se logra a través de mucha paciencia. No crecen en un día los discípulos, Dios tiene que darnos esa gracia para perseverar y tener paciencia con todos para que sean formados y crezcan en Cristo Jesús.
La gracia de Dios en la transformación del discípulo.
Finalmente podemos hacer algunos comentarios sobre los resultados:
Dice el Señor “hay de nosotros cuando a lo malo llaméis bueno y a lo bueno llaméis malo, por sus frutos los conoceréis”.
  • No consideremos crecido al que no ha crecido.
  • No consideremos siervo, al que no lo es.
  • No llamemos discípulo, a uno que todavía no se ha arrepentido.
  • No reconozcamos en los discípulos solamente su asistencia a los cultos, su buena disposición o subuena educación, o sus buenas palabras. 
Nos asusta un poco cuando algunas personas comienzan a decir: “yo tengo mucha fe, yo voy a ser fiel, no se preocupe que no tengo problemas en aprender”. En estas las palabras se revela una confianza de la persona en sí misma, y eso nos debe preocupar. En cambio, por otro lado, cuando alguien se siente muy débil, pero clama al Señor, se toma de Cristo por fe. Dice la palabra “el que piensa estar firme mire que no caiga”, Pablo Dice: “cuando soy débil entonces soy fuerte”. Dios perfecciona su potencia en nuestra debilidad, por eso Pablo dice “por tanto me gloriaré más bien en mis debilidades”. Cuando uno se gloría más bien en sus posibilidades está excluyendo la gracia de Dios y está revistiéndose en su propia fortaleza. Dios declara “que es maldito el hombre que confía en el hombre” y pone el brazo de carne por su fortaleza y se aparta del Señor. 
De modo que, cuando alguien dice “yo puedo”, “pierda cuidado que yo voy a ser fiel”, “yo tengo mucha fe o yo esto lo puedo hacer”, más bien es una indicación de un hombre, de una mujer que no ha entendido la gracia de Dios. 
Debemos estar dispuestos a percibir solo lo que realmente muestra una vida transformada. Como resultado de nuestra labor, habremos convertido, si es que Dios realmente ha obrado, hombres y no almas. Dios no nos envío a salvar almas sino a salvar hombres. No se trata de salvar las almas para el día del Señor en la eternidad. Se trata de salvar hombres aquí y ahora, que sean salvos de su vana manera de vivir, la cual recibieron de sus padres y que aprendan en todos los aspectos de su vida humana a caminar con Cristo Jesús. El Reino no es algo que ha de venir un día. Es cierto que en un sentido sí, cuando el mundo entero lo vea, pero ahora en la iglesia, en los redimidos ya ha llegado el reino de Dios. Es fundamental que nuestra operación sea para que se logre el establecimiento del reino de Dios, en la vida personal de los discípulos y en sus hogares.
Los padecimientos del obrero del Señor.
Hay algo que debe caracterizar al obrero de Dios y es “la paciencia”.Sin ella es imposible perseverar y sortear todos los problemas, grandes y difíciles que debe sortear cada obrero del Señor. No es una labor de un día, es un largo camino, sino tenemos paciencia será imposible recorrer ese camino, habrá muchísimas situaciones para experimentar profundos desalientos. Cristo mismo exclamó en una ocasión, como quien angustiado de espíritu declaraba una pena profunda, una congoja, él dijo, “Oh generación infiel hasta cuando os he de soportar”
El siervo de Dios en cierta medida también siente este mismo peso, esta misma carga que sufrió Cristo Jesús. Tendremos toda clase de desalientos con algunos de los discípulos, pero no hay nada que haga llorar más a un padre espiritual que ver a un hijo que nació, que creció, que se fortificó, que de repente cae en un grosero pecado o es arrastrado por el mundo, se desvía de la verdad aceptando como verdad algo claramente erróneo. En fin, estamos expuestos a todos los males del camino, y no hay dudas que el siervo de Dios va a sufrir grandes penas. 
Dios no permitirá que seamos tentados o entristecidos más de lo que podemos sobrellevar. El ha prometido que en cada circunstancia dará la puerta de escape, la puerta de salida, el consuelo. Podemos decir aquí; que esta clase de carga es la más hermosa que podemos llevar: sufrir trabajos como fieles soldados de Jesucristo. No solo nos ha permitido Dios como una concesión muy preciosa que creamos en Cristo, sino también que padezcamos por él, pero las lágrimas del sembrador de la buena semilla serán enjugadas cuando vuelva a venir con sus gavillas. Hay un día de cosecha muy precioso, y ese día será maravilloso escuchar el “bien hecho”, “buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tú Señor.”
Si había algo en la vida de Pablo que ardía en su corazón era este deseo de ser hecho partícipe de los padecimientos de Cristo Jesús. Yo creo que cuando Pablo usa estas palabras no se refiere a padecer los mismos dolores de la cruz del calvario, sino a padecer “lo que falta”, “lo que resta”, como él mismo lo explica, de los padecimientos de Cristo. Cristo en la cruz padeció por nuestros pecados y redención. Ahora nosotros debemos padecer, llevar la carga, hacer la obra que aún queda por hacer: ser colaboradores en la transformación de vidas a la imagen de Cristo.
Cuanta paciencia hay que tener con: 
  • los burladores, 
  • los que rechazan, que después de rechazar muchas veces aceptan, 
  • los que empiezan a andar muy débilmente que hay que estar al lado de ellos con tanta paciencia esperando que sean fortificados, 
  • los que se convierten y luego se enferman con alguna enfermedad espiritual, de esas tan comunes en los discípulos, y hay que estar ahí al lado de ellos esperando darle la medicina, y, en fin, 
  • los rebeldes que tienen dificultades en entender lo que es la sujeción, lo que es el quebrantamiento, ¡cómo hay que tener paciencia con estas cosas!
Pero la paciencia, y el dolor que sufren los siervos del Señor están completando los padecimientos de Cristo Jesús.
Podemos exclamar con gozo: “Bendito sea el Padre de nuestro Señor Jesucristo”,  “El Padre de misericordia y el Dios de toda consolación, él cual nos consuela en todas nuestras tristezas para que nosotros también podamos consolar a los que padecen cualquier aflicción con la consolación que somos consolados de Dios.” 
Es decir que el verdadero padecimiento que glorifica a Dios es, el padecimiento por ser fieles a él y por servirle.
¿A quienes debemos formar?
Un punto muy importante que ayuda al obrero es saber discernir a quienes se debe impartir la enseñanza. Dice la escritura claramente que no echemos las perlas a los puercos. Es imposible dar enseñanza a quien no tiene interés en recibirla, de la misma manera que es imposible dar de comer a quien rechaza la comida. No podemos ponerles comida en la boca cuando los dientes están cerrados fuertemente. Tengamos cuidado de no malograr nuestro ministerio insistiendo en dar a los que no pueden recibir porque no quieren.
El Señor siempre reconoció la libertad que el hombre tiene en cuanto a Dios de abrir la puerta o de cerrarla. El Señor nunca obligó a nadie a creer en Cristo Jesús. El quiere que sus siervos lleven en los tesoros de Dios, como verdaderos tesoros, no como cosa barata que se pone delante de los que quieren, de los que no tienen tanto interés y de los que no quieren para nada. El quiere que los tesoros sean tesoros como algo muy apetecido, que deben buscarse con todo el corazón, los que pretenden llegar a Dios. Esto no significa, por supuesto, que vamos a encerrarnos, alejarnos de los necesitados, sino que vamos a trabajar entre ellos. Pero la única forma de descubrir si realmente tienen hambre o no, es que a medida que ministramos observemos si hay una resistencia a Dios, a su palabra. Ese es el momento de detenernos. 
Con la ayuda del Espíritu Santo…
Podemos decir finalmente que solamente el Espíritu Santo podrá ayudar al maestro para saber entregar la enseñanza. Cuándo comenzar, con qué persona, que es lo que quiere el Señor que compartamos, etc. Solamente el Espíritu de Dios lo puede determinar. 
Por eso el siervo de Dios debe estar en comunión constante con el Señor. Dijo Cristo: “yo soy la vid verdadera, vosotros los pámpanos el que está en mí y yo en el este lleva mucho fruto porque separado de mí nada podéis hacer”
Dios es el que nos ha dado en Cristo todo los medios, todos los poderes, la sabiduría para poder entregar el mensaje. Pero es en Cristo, es en su poder que lo hacemos y fuera de su poder no tenemos autoridad, ni poder, ni gracia para entregar la palabra del Señor.
Cuando nos tomamos fuertemente del Señor y cuando nuestro servicio a las personas es echo en la plena fe del hijo de Dios, nunca vamos a errar al blanco.  Cometeremos muchos errores, es cierto, pero aún en los errores aprenderemos preciosas lecciones que el Señor nos enseñará. Así que animémonos, tengamos paciencia, hagámoslo en el poder del Espíritu. Dios ha prometido que estará con nosotros, y esto es lo más importante de su Gran Comisión. Fue Él quien nos dijo:  “vayan, hagan discípulos,  he aquí  yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¡A su nombre sea toda la gloria!
Uso de las “lecciones” (material)
En cuanto a la forma o al valor de las lecciones otra vez quiero decir:
  • En primer lugar, que el fin de las lecciones es evitar desorientación y proveer un material adecuado a la necesidad de los que se inician en el camino del Señor.
  • En segundo lugar, la continuidad en la enseñanza de ellas, ayudará al crecimiento del nuevo discípulo.
  • En tercer lugar las lecciones tratarán asuntos básicos para toda la vida cristiana: el comienzo, el desarrollo y su madurez.
Estas lecciones no pueden ser variadas. Si hemos olvidado alguna, se agregará más adelante, pero no podemos cambiar constantemente las lecciones. Quizá podemos cambiar el orden alguna vez. No podemos variar las lecciones porque ellas contienen precisamente los principios que nos enseñaron los Apóstoles para impartir la enseñanza de Cristo Jesús.   
Al principio las lecciones serán “playas”, de poca profundidad, a medida que vamos avanzando, el Señor irá transformándolas en profundas cisternas llenas de verdad, de nutrición. De modo que el progreso, la metamorfosis será, no el cambio de la lección en si, sino el ahondamiento de estas verdades cardinales que el Señor ha dado en su palabra. Por eso pienso que podemos dar estas lecciones hasta el fin de nuestros días, ahondando en su significado a medida que avanzamos y maduramos. Con el tiempo no volveremos más y más capaces, con mayor revelación, con mayor profundidad en las mismas enseñanzas.
Debemos volvernos con el tiempo más y más expertos en usar estos instrumentos del Señor. Pero al usar el mismo material y al insistir con las mismas verdades, ellas se harán carne en nosotros de una manera muy eficaz. Podremos ponerlas delante de nuestros discípulos tanto en el comienzo de su vida espiritual, cuando son apenas lactantes, como comida sólida cuando ya han crecido. Los mismos pastores darán enseñanza profunda sobre estas mismas lecciones, sobre estas mismas verdades. 
Una cosa muy útil será aprender de memoria los versículos de la Biblia relacionados con estas lecciones. Por eso recomiendo el aprendizaje de los versículos con el sistema del “Circulo de Memorizadores” que está al alcance de todos. A esos versículos se podrán agregar otros que puedan estar relacionados con las lecciones, que puedan traer mayor revelación. En realidad, Dios nos enseña que hemos de memorizar su Palabra: “en mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti”. ¿Cómo podremos guardar los dichos del Señor en nuestro corazón si no los memorizamos? No es cuestión de tener un libro que se llama la Biblia, que uno cuando lo abre no sabe donde buscar. Otra cosa es tener un conocimiento de esos versículos de memoria con sus citas, referencias, capítulos, versículos, porque solo entonces la Biblia se abre y es un libro luminoso, lleno de enseñanza para nosotros y para los que nos escuchan. También en Colosenses 3 el Apóstol dice: “que la palabra de Cristo habite en nosotros en abundancia”. Esto es solo posible cuando ponemos especial dedicación a la fijación de la palabra del Señor en nuestras mentes y corazones por medio de la memorización.
También nos dice el apóstol que debemos tomar la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Yo creo que es difícil, muy difícil, que una persona pueda empuñar esa espada si no ha memorizado la Palabra.
Última advertencia al obrero.
En cuanto a la preparación del obrero de Dios, algo que se me había escapado pero que es fundamental, se halla en el hecho de que el obrero debe ser completamente carente de todo espíritu sectario. Solamente el que entiende lo que es la iglesia de Jesucristo, solamente el que discierne el cuerpo no ya como una denominación o como un grupito en la esquina con un templo así llamado, sino como un cuerpo que está unido totalmente, todos los que en cualquier lugar invocan al nombre del Señor.

domingo, 31 de diciembre de 2017

El corazón examinado. C. Lancioni


Proverbios 16:15

En la alegría del rostro del rey está 

la vida, Y su benevolencia es como nube de lluvia tardía.

Nuestro Dios, al que  llamamos Padre, tiene como el ser humano la capacidadde emocionarse, por su majestad
y posición exaltada en los cielos no es indiferente a las actitudes humanas.


Muchas de sus expresiones en el antiguo testamento, nos hablan de como el comportamiento de su pueblo le afecta profundamente.


Salmos 2:11-12
Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.


Oseas 11:8
¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.


Como también un acto de entrega, cuando Abraham entrega lo mas precioso: su hijo Isaac le arranca a Dios un juramento:


Génesis 22:16-18
y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;
de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.


Lucas 15:10
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.


Proverbios 16:7
Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová,
Aun a sus enemigos hace estar en paz con él.


Todos nuestros caminos están delante del Señor, nuestros tratos humanos, nuestros íntimos pensamientos, nuestras acciones en secreto, las intenciones del corazón.


2 Crónicas 16:9
Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él.


Prov. 5:21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová,
Y él considera todas sus veredas.


Sin embargo:
Qué difícil es para el ser humano discernirse a si mismo, como perdemos objetividad cuando consideramos nuestras acciones.


Con tristeza tengo que reconocer que muchas mis desiciones que en su momento tome con toda convicción (en ocasiones veces desoyendo la voz de mis hermanos) cuando como todas desiciones importantes son examinadas por el tiempo, descubro lo impreciso que fui en mi actuación.


Salmos 19:12
¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.


Es interesante ver como el Señor le dicta a Juan las 7 epístolas de Ap. 2 y 3, Juan como un amanuense o secretario pone sobre el papel lo que Jesús tiene que decir y corregir en su propia iglesia.
(de igual manera pablo dictaba sus epístolas y luego las fijaba, Romanos 16:22 Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.)


Estas congregaciones que tienen que ser amonestadas, ya que vivían sin poder discernirse a si mismas.


Salmos 139:23-24
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.


Es muy interesante que algunas versiones expresan así: sondeame Señor…


¿Que es una sonda?


Lo que se coloca en el cuerpo humano para dar alimentos, sonda es la que recorre las profundidades del espacio, pero en este caso creo que se refiere a una soga con un plomo o peso para alcanzar las profundidades de los ríos, lagos o mar.


No importa cuan cristalina sea el agua, en la medida que la luz va desapareciendo y la oscuridad nos impide ver donde esta el fondo, creo que así es el corazón humano, solo podemos vernos a nosotros mismos hasta cierto punto.


Como si una niebla espesa no nos permitiera ver lo que hay en lo profundo del corazón.


En ocasiones me descubro reaccionando de manera desmedida cuando soy ofendido o maltratado, me admiro como despues de mas de 30 años caminando en el Señor puedo anidar algún grado de violencia.


Examinados por la palabra:


Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.


John Wesley y la pureza de intención. (La perfección cristiana)


La tremenda importancia de la meditación en la verdad abiertos a la voz del Espíritu Santo.
La palabra se transforma en VIVA Y EFICAZ, corta y no hay nada que la detenga, y pasa por un tamiz por los pensamientos, y manifiesta hacia donde se inclina mi corazón.


La importancia de los hermanos que me cuidan, por favor no relativicemos el consejo de los hermanos, aún la corrección, decía el Rey David: Jehová está entre los que me ayudan Sal: 118:7.


Ambos elementos están en este texto:
Salmos 141:4-5
No dejes que se incline mi corazón a cosa mala,
A hacer obras impías
Con los que hacen iniquidad;
Y no coma yo de sus deleites.
Que el justo me castigue, será un favor,
Y que me reprenda será un excelente bálsamo
Que no me herirá la cabeza;


Dios se agrada de la obediencia del hombre.


Proverbios 16:15
En la alegría del rostro del rey está la vida,
Y su benevolencia es como nube de lluvia tardía


Muchas veces no logramos entender la fuerza del significado de algunas expresiones en la biblia.


Estamos en la pampa humedad, será que nuestra tierra casi siempre está húmeda.


Gabriel Falco nos contó en la región de Oriente Medio la lluvia es un fenómeno profundamente ansiado, en las regiones desérticas cuando la lluvia cae, la gente sale a la calle y se felicitan mutuamente con alegría por esa bendición, la lluvia tardía cuan deseada es, trae frescura y prosperidad.


Así es la benevolencia del Rey cuando ganamos su sonrisa.


Hablando en estos días acerca de la base con la que podemos acercarnos a Dios,
Por el camino nuevo y vivo que el gano a través del velo esto es de su cuerpo. Por su sangre rociada sobre nosotros, como lo dice el apóstol Pedro, evoca aquella sangre rociada sobre el propiciatorio, la tabla superior de arca del pacto, allí el sumo sacerdote tomaba la sangre del altar del sacrificio y caminaba hasta dentro del lugar santísimo para salpicar esa sangre sobre el arca, se le llamaba propiciatorio pues le devolvía al hombre la sonrisa del Padre, su disposición propicia su agrado.


Si nos hacemos una pregunta: ¿a quien le sonríe el Padre?


Dios ha decidido guardar silencio en la escena humana, no hay lenguaje ni palabras, ni es oída su voz…


Pero tres veces rompió la regla:


En el bautismo no puede impedir señalar al Hijo, diciendo que el le daba plena complacencia, plena alegría a su alma.


Mateo 3:17
Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.


Mateo 17:5-6
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.


Juan 12:28-29
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.


¿Que ocurre en el corazon del Padre cuando ve a Cristo en nosotros?


¿Que me ocurre a mi cuando veo a alguien parecido a la persona que amamos?

Retengo con nitidez el recuerdo del rostro de mi padre, al que perdí hace unos años, su apariencia (su cabello crespo peinado hacia atras, y su bigote bien recortado), no puedo evitar la conmoción de mis entrañas cuando en la calle veo a alguien que se le parece. Así creo que hay una conmoción en el corazón de Dios cuando los discipulos se alinean en los pasos del maestro.


Hechos 7:55-60
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.
Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

Que maravilloso es ver a este santo, entregar su espíritu en el martirio ,tal como su maestro lo hizo, pienzo que Dios se puso de pie en su trono frente a esta escena.

Caminemos como lo hizo el Hijo.


En humildad. (La medida de la madurez)
Mateo 11:29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;


En una actitud de servicio.
Juan 13:17
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.


En lobediencia.
Hebreos 5:8-9
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;


En la evangelización / nuestra generosidad de actitud.
Juan 20:21
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.

Cuando el padre puede ver el reflejo de su Hijo en nosotros, sabremos que su bendición reposara sobre nuestra vida.